Tratado de Portsmouth (1905)
El Tratado de Portsmouth ( 5 de septiembre de 1905), tuvo lugar en New Hampshire (EE.UU) y dio por finalizada la Guerra Ruso Japonesa (1904-1905). Este fue un hecho histórico, ya que fue la primera vez que una potencia europea era derrotada por un país asiático. ¡A continuación, les brindaremos más detalles sobre este tratado, acompáñennos!
Antecedentes ⁽¹⁾
La Guerra Ruso Japonesa (1904-1905) fue el enfrentamiento bélico desatado entre el Imperio Ruso y el naciente Imperio de Japón por el control de la península de Corea, región que era considerada estratégica por ambas potencias. El desarrollo de la contienda fue favorable para las fuerzas niponas, quienes lograron algunas victorias iniciales en el campo de batalla, pero sin conseguir un resultado decisivo.
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Mientras que el costo de la guerra fue devastador para Japón, tanto en el número de pérdidas humanas (81.145) como la deuda económica contraída para financiarla; Rusia era lo suficientemente grande como para continuar sufriendo pérdidas y seguir luchando. Sin embargo, tras la aplastante victoria naval japonesa en Tsushima (27 de Mayo de 1905), Japón tuvo la oportunidad de iniciar negociaciones de paz bajo condiciones favorables.

El tratado ⁽²⁾
Las negociaciones por la paz se llevaron a cabo mediante la participación del presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, como mediador. El zar Nicolás II y el emperador Meiji enviaron a sus representantes a una conferencia en Portsmouth (New Hampshire) en el mes de agosto. Fue en ese mismo lugar, donde más tarde, se firmó el Tratado de Portsmouth del 5 de septiembre de 1905, que estableció:
- La cesión por parte de Rusia a Japón de sus concesiones en el sur de Manchuria y del sistema ruso de ferrocarriles establecido allí.
- Renuncia de Rusia a sus intereses en Corea y reconocimiento de la autoridad de Japón en aquella región.
- Retirada de las tropas rusas en Corea y Manchuria.
- El control japonés de la península de Liaodong (incluyendo Port Arthur), junto a la mitad sur de la isla de Sajalín.
Consecuencias ⁽³⁾
A pesar de la derrota, la posición de Rusia en las negociaciones siguió siendo lo suficientemente fuerte como para impedir que se le obligara a pagar reparaciones de guerra a Japón. La opinión publica japonesa pretendía la totalidad de la isla de Sajalín, sumado a la indemnización de los costos bélicos. De este modo, muchos japoneses se sintieron decepcionados y así estallaron graves disturbios, sobre todo en el parque Hibiya de Tokio. La mayoría de las casetas de la policía de Tokio fueron destruidas, el ejército tuvo que salir a las calles, se declaró la ley marcial y se arrestó a cerca de 2.000 japoneses amotinados.
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Por otra parte, luego de la guerra, las tropas japoneses ocuparon Seúl y los coreanos se vieron obligados a aceptar a los asesores recomendados por los japoneses, con poder incluso para aprobar decisiones a nivel del gabinete coreano. Tras la guerra, en 1905, Corea quedó reducida a un protectorado japonés.
Fue la primera vez que una potencia europea era derrotada por un país asiático, esto trajo consecuencias en la política y el mundo intelectual, donde se comenzaba a plantear la idea de que occidente no era invencible. La guerra y la derrota ante Japón llevó a una fuerte reacción hacia el interior del Imperio Ruso, que desencadenó en la Revolución de 1905, donde Nicolás II debió transformar su imperio en una Monarquía Parlamentaria. Este sería el preludio de la Revolución Rusa de 1917.
Bibliografía
¹-Coloma, C., La guerra Ruso-japonesa y su efecto sobre el mundo periférico. En Estudios de Asia y África, vol. 49, 2014. Publicado por el Colegio de México.
–Nicolás II y su desastrosa guerra contra Japón. Historia y vida, La Vanguardia.
²-Holcombe, C. (2016). Una Historia de Asia oriental. De los Orígenes de la civilización al siglo XXI. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
³-Maffeo, A., La guerra Ruso Japonesa de 1904-1905. En revista Relaciones Internacionales n°26, 2004. Instituto de Relaciones Internacionales.

Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.