Revolución del 11 de septiembre de 1852
La Revolución del 11 de septiembre de 1852 fue un suceso crucial para la historia política argentina del siglo XIX. Tras este hecho, el proyecto de unidad nacional se truncó, conllevando a la secesión de Buenos Aires del resto de la Confederación. ¡A continuación, les brindaremos más detalles sobre esta revolución, acompáñennos!
Antecedentes ⁽¹⁾
Tras la Batalla de Caseros Juan Manuel de Rosas renunció al gobierno de la provincia de Buenos Aires y a las relaciones exteriores de la Confederación Argentina. Justo José de Urquiza, la figura destacada y victoriosa de Caseros, asumió la conducción nacional, se instaló en la quinta de Palermo (propiedad de Rosas) y reconoció como gobernador de la provincia a Vicente López y Planes.
Urquiza convocó en Abril de 1852 a la Quinta de Palermo a los gobernadores de Corrientes, Buenos Aires y a un representante del gobierno santafesino, y firmaron el Protocolo de Palermo. Allí se estableció de forma provisoria el otorgamiento del manejo de las Relaciones Exteriores de la Confederación a Urquiza. Sin embargo, esta medida se debía ratificar a través de una reunión con todos los gobernadores confederados. Este encuentro se llevó a cabo en San Nicolás de los Arroyos, límite entre Buenos Aires y Santa Fe, en Mayo de 1852, y allí se firmó el famoso Acuerdo de San Nicolás.
La Revolución del 11 de septiembre de 1852 ⁽²⁾
La «antesala» de la Revolución
Mientras el gobernador de Buenos Aires viajaba a la Convención de San Nicolás, en la capital provincial el clima político estaba muy candente con respecto a los posibles resultados de la firma del acuerdo. Los opositores a Urquiza agitaban el ambiente mediante la prensa y la participación en la Sala de Representantes (en ese entonces cumplía la función de Legislatura en la provincia).
Cuando arribaron las primeras noticias de la firma del Acuerdo, un amplio sector porteño se opuso a las potestades otorgadas al gobierno provisorio en la persona de Urquiza; a la nacionalización de las rentas aduaneras y a la igualdad de representantes entre las provincias (2 para cada una) para el Congreso Constituyente.
Un sector calificado como «porteñismo«, o «Partido Unitario», fue el que más fuerte se opuso a las medidas mencionadas. Este movimiento contaba con nuevas figuras, como Bartolomé Mitre, que buscaban ocupar un lugar en la renovada constelación de dirigentes de Buenos Aires.
Es importante destacar que el Acuerdo de San Nicolás debía ser ratificado, como un paso posterior, por las Legislaturas provinciales. Cuando el gobernador regresó a la ciudad y envío el Acuerdo para ser tratado en la legislatura, la escalada del conflicto fue en aumento. El debate inició el 21 de Junio de 1852, jornada en donde los porteñistas protestaron fervientemente en la Sala de Representantes ante los ministros defensores del Acuerdo. Fue en este momento que se destacó Mitre como un ardiente orador opositor, provocando que los ánimos se fueran caldeando hasta que, al día siguiente (22 de Junio), la sesión se levantó en medio de la agitación general y los ministros se retiraron.
Acto seguido, lo que sucedió fueron las renuncias del gobernador y sus ministros aceptadas por la legislatura y la designación, por parte de esta, de uno de sus miembros para hacerse cargo del ejecutivo provincial en forma provisoria. Urquiza, al notar que su proyecto de unidad nacional estaba en peligro, intervino militarmente; disolvió la Sala de Representantes (legislatura); expulsó de la provincia a numerosos diputados opositores, entre ellos Mitre y Dalmacio Vélez Sarsfield y censuró la prensa opositora.
La Revolución
Una vez controlada la situación, en Septiembre de 1852, Urquiza designa a un gobernador delegado y se retira de Buenos Aires para organizar el Congreso Constituyente que se realizaría en Santa Fe. Los dirigentes opositores no renunciaron a sus pretensiones y evaluaron medidas drásticas para revertir la situación, por ejemplo, sumar apoyo militar de la provincia y reductos del Ejército Grande para un posible golpe de Estado.
Aprovechando el viaje de Urquiza, el día 11 de Septiembre, fuerzas militares porteñistas ocuparon la ciudad, lo que provocó la huida del gobernador, la inmovilización de las tropas urquisistas alojadas en Bs.As y la designación de nuevas autoridades provinciales. Así concluía la Revolución del 11 de Septiembre.
Consecuencias ⁽³⁾
Entre las nuevas autoridades porteñas tras la revolución del 11 de Septiembre, se destaca la elección de Valentín Alsina como gobernador y Mitre como ministro de Gobierno, afianzando así al ala más radical del porteñismo. Este nuevo gobierno rechazó en la Legislatura el Acuerdo de San Nicolás, provocando que la provincia quedara separada del resto de la Confederación. comenzó así una etapa de reafirmación de la autonomía porteña, con medidas tales como el retiro de los diputados por Buenos Ares de la Convención Constituyente y la reasunción del manejo de la relaciones exteriores que ejercía Urquiza.
Los fracasos del levantamiento armado en la campaña de Buenos aires, bajo el mando de Hilario Lagos, y un posterior bloqueo del puerto por parte de las fuerzas de Urquiza, provocaron que la balanza se inclinara a favor de Buenos Aires, quien a través de su riqueza pudo resistir y consolidar su autonomía.
El nuevo gobierno creó un Ministerio de Relaciones Exteriores e invitó a las potencias extranjeras a que reconocieran a Buenos Aires como un Estado totalmente independiente del resto de la Confederación. Finalmente, en 1854 bajo el gobierno de Pastor Obligado, el Estado de Buenos Aires sancionó su propia Constitución que reivindicaba su status independiente.
bibliografía
¹-Ternavasio, M. Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2009.
² -Lettieri, Alberto. «De la «república de la opinión» a la «república de las instituciones», en Marta Bonaudo (dir), Nueva Historia Argentina (1852.1880), Tomo IV, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 199, pp. 97-160.
–Sabato, Hilda. Historia de la Argentina, 1852.1890. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2016.
-Terán, Oscar. Historia de las ideas en la Argentina. Diez lecciones iniciales, 1810-1980. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2019.
³–Bounado, Marta y Élida Sozogni, «Los grupos dominantes entre la legitimidad y el control», en Marta Bonaudo (dir), Nueva Historia Argentina (1852.1880), Tomo IV, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 199, pp. 27-96.
-Hora, Roy. Historia económica de la Argentina en el siglo XIX. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2010.
-Sabato, Hilda. Historia de la Argentina, 1852.1890. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2016.
Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.