Reino de Macedonia (siglo VIII a.C. – 168 a.C.)
Es muy impresionante conocer la historia del reino de Macedonia, pues lo que se inició como un reino de jinetes de frontera y pastores de cabras, terminó convirtiéndose en el más grande imperio conocido en aquel tiempo en Occidente, consolidándose durante el siglo V a.C experimentando en el siglo IV a.C un ascenso importante de su poder.
Ubicación geográfica del reino de Macedonia
El reino de Macedonia estaba ubicado en el norte de lo que se conoce como Grecia. Se encontraba rodeado en el oeste por el Reino de Epiro y en el lado este por la región de Tracia. Aunque contaba con muchas llanuras fértiles, era principalmente una zona montañosa.
También, se puede decir que el antiguo reino de Macedonia estaba extendido desde las vertientes norte del monte Olimpo, por el lado sur hasta los lagos Prespa y Licnítide, y por el norte el monte Orbelo. Por el oeste desde la cordillera del Pindó hasta la orilla derecha del río Estrimón ubicado por el Este.
División geográfica del reino de Macedonia
- BAJA MACEDONIA: Estaba constituida por la gran llanura establecida por los ríos Axio y Haliacmón, los cuales desembocan en el golfo de Terma.
- ALTA MACEDONIA: Estaba compuesta por la zona de montañas y mesetas que se extendían por el noroeste hacia Iliria y Epiro.
Economía del reino de Macedonia
- GANADERÍA: Destacaban los caballos, los cuales eran la base de su ejército.
- INDUSTRIA: Resaltaba la minería, ya que en las regiones que fueron conquistando existían minerales como el oro y la plata.
- AGRICULTURA: Jugó un papel importante en la economía del reino de Macedonia, ya que contaba con terrenos fértiles.
Además, se obtenía dinero de los tributos que los pueblos derrotados tenían que pagar. Un abundante y valioso recurso era la madera, la cual era indispensable, junto con la resina, para la construcción de barcos.
Inicios del reino de Macedonia
El reino de Macedonia era una Ciudad-Estado de la antigua Grecia. En el período más antiguo eran tribus de pastores que contaban con su rey, para luego convertirse en agricultores. Este reino estaba asediado por terribles vecinos como los ilirios, tracios y peonios, estuvo bajo el dominio de los Persas durante parte de su historia y enfrentó las ambiciones de las polis del sur, principalmente Atenas y Esparta.
A pesar de esto, el reino de Macedonia sobrevivió gracias al papel que desempeñó la dinastía Argéada. Esta importante dinastía gobernó, desde mediados del siglo VII a.C, de manera incuestionable, brindando estabilidad al reino. Esta dinastía debe su nombre a Argos, el lugar de origen de los hermanos Pérdicas, Gavanes y Aéropo. Según Herodoto, estos hermanos fueron los que por primera vez se establecieron en esas tierras para crear el reino.
El primero de ellos, Pérdicas, es considerado el primer rey de los macedonios, transformando en reino el territorio de las mesetas y llanuras interiores. Para finales del siglo V, Arquelao establece en Pella la capital. Sin embargo, el primer rey de Macedonia en jugar un papel importante fue Alejandro I (498-454 a.C), conocido con el título de filoheleno por la tradición posterior. Amplió sus dominios por el costado occidental del río Estrimón, conquistando el distrito de la Bisaltia, el cual era abundante en minas de plata.
Las figuras más sobresalientes de la historia del reino de Macedonia fueron: Alejandro I, Arquelao, Filipo II y su hijo Alejandro Magno. Los primeros dos empezaron a fraguar el cambio, dando paso al estancado reino de Macedonia al resto de Grecia. Mientras que los dos restantes terminaron encumbrándolo.
Ascenso del reino de Macedonia
Los anteriores reyes de Macedonia habían hecho grandes avances para expandir el reino de Macedonia. Aun así, cuando en el año 360 a.C Filipo II llega al poder, el reino se encontraba en la peor dificultad política de su historia. Estaba en desintegración, sitiado por todos sus malvados vecino. Filipo II logró convertir ese reino empobrecido, despreciado por Esparta y Atenas, en una gran potencia.
Sus ideas expansionistas y su gran capacidad militar lo llevaron a alcanzar grandes éxitos. De inmediato estableció el dominio de la monarquía Macedonia no solo dentro sino fuera de sus fronteras. Con tácticas militares, habilidad diplomática y mucha astucia pudo unificar el reino de Macedonia y a los estados vecinos, ampliar sus fronteras y preparar la campaña Asiática.
En el año 338 a.C logra el triunfo en la batalla de Queronea, venciendo así a Tebas y Atenas. Como resultado de su victoria, el reino de Macedonia logró imponer su supremacía sobre la mayoría de los estados griegos, convirtiéndose en el dominador del escenario político griego. Instituyó su supremacía sobre Grecia, formando en 337 a.C la liga de Corinto, la cual incluía a todos los estados griegos, excepto Esparta.
Esta liga les garantizaba paz, independencia interna de cada miembro, excepto para reprimir levantamientos, y una unión duradera bajo el reinado de Filipo II. La liga le había concedido el mando de la guerra contra Persia. Tras enviar a un ejército a Asia Menor, fue asesinado, dejando así marcado el camino para su hijo y sucesor, Alejandro Magno.
Expansión del reino de Macedonia
Alejandro Magno continuó con la labor que había iniciado su padre. Solo dos años después de haber ascendido al trono tras el asesinato de su padre, marchó a la conquista del mundo. Completó su proyecto expansionista y lo llevó más allá de lo que su padre hubiera imaginado.
En 334 a.C. Alejandro Magno cruzó con su ejército el Helesponto hacia Asia. Desde ese momento, llevaron a cabo una extraordinaria campaña militar que le permitió conquistar grandes áreas de Asia occidental, Egipto y del valle del Indo. Había logrado con sus conquistas, forjar un imperio el cual abarcaba hasta la India y comprendía Siria, Mesopotamia, Egipto, Palestina, Macedonia, Asia Menor, Grecia y Tracia.
En tan solo 13 años, Alejandro logró levantar uno de los más grandes imperios de la historia. Consolidó su poder en Grecia, conquistó el imperio persa y una gran extensión de territorio. Tras su repentino fallecimiento en 323 a.C, Alejandro Magno deja tras de sí un amplio imperio.
Caída del reino de Macedonia
Dado que Alejandro Magno no había designado ningún heredero, su imperio se dividió entre sus más cercanos generales. A finales del siglo III, todavía Macedonia era la potencia dominante en el Mediterráneo Oriental. Aún era temido su ejército y estilo de combate. Sin embargo, mientras que la antigua Roma se ocupaba en trabajar la flexibilidad y movilidad de su ejército, la falange Macedonia cada vez se hacía más rígida.
En el transcurso de los años se llevaron a cabo las guerras macedónicas, en las que Macedonia sufrió la derrota. Roma poco a poco se estaba haciendo dueña del mundo, abarcando progresivamente los terrenos de los macedonios y aminorando su poder.
El reino de Macedonia llegó a su final en el año 168 a.C tras la batalla de Pidna. Como resultado de esta batalla, Macedonia es dividida en cuatro repúblicas nominalmente autónomas, las cuales con el tiempo fueron transformadas en una provincia romana.
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