Poder Ejecutivo
Las tres facultades principales que posee el Estado son: legislar, administrar la justicia y ejecutar las distintas políticas públicas. Es por ello que puede decirse que un Estado se encuentra dividido en tres poderes básicos: poder legislativo, poder judicial y poder ejecutivo.
El Poder Ejecutivo garantiza que se cumplan las leyes que se desarrollan a través del poder legislativo y que son administradas tomando en cuenta el poder judicial.
Definición de Poder Ejecutivo
El Poder Ejecutivo es el encargado de llevar a cabo la gestión diaria del Estado. Mientras que el poder legislativo deroga o aprueba las leyes y el poder judicial las interpreta, invalida o hace respetar. Cuando el concepto hace referencia a la facultad del Estado en general se escribe usando solo minúsculas, incluso en las iniciales. Pero, cuando hace referencia al órgano como tal del estado que está ejerciendo esta facultad, deben colocarse las iniciales en mayúsculas.
En las naciones que se consideran democráticas, el Poder Ejecutivo se considera el administrador y ejecutor de la voluntad popular a quien representa y de la que debe ser el mejor garante. Se responsabiliza de la gestión día a día del Estado, crea y ejecuta políticas globales acordes a las leyes que deben aplicarse. Además representa a la nación en asuntos diplomáticos, sostiene las fuerzas armadas y puede aconsejar con relación a la legislación.
Quién preside el Poder Ejecutivo
Cuando el Estado es democrático, el Poder Ejecutivo recae sobre los funcionarios escogidos por voto popular. La elección le da la libertad a la población de elegir a quienes deben actuar como representantes al tomar decisiones que se relacionen con la sociedad en general.
Dependiendo del sistema político en cuestión, quienes encabezan el poder ejecutivo son: un presidente, un primer ministro o un Jefe de Gobierno. El mandatario puede elegir a los ministros y secretarios, los cuales actúan en algún ámbito específico. Se encargan de todo los que se relaciona con la salud, economía, salud, turismo, etc.
Funciones del Poder Ejecutivo
El Poder Ejecutivo funciona interdependientemente con los otros poderes, Legislativo y Judicial. No es posible que un poder pase por encima de otro, los tres deben actuar de forma coordinada a expensas de lo que sostiene la Constitución de cada país. Pueden dividirse las funciones del Poder Ejecutivo en tres facetas: reglamentarista, política y administrativa.
- Reglamentarista: Se trata de un conjunto de tareas que deben desarrollarse a través de normas y derechos.
- Política: Consiste en captar ciudadanos que permitan satisfacer los intereses propios de una forma adecuada. Por lo que se requiere tomar medidas que vayan surgiendo de acuerdo a las necesidades, sin que estén desarrolladas por las leyes y normas previas. En esta faceta se puede incluir los intercambios comerciales con los países, el nombramiento de ministros, aprobación o no de tratados internacionales, etc.
- Administrativa: Bajo este apartado están incluidas las labores que se llevan a cabo en los diferentes ministerios y el resto de los órganos, entre ellos empresas del Estado. También abarcan las tareas que realizan las gobernaciones, las delegaciones, las secretarias de estado o las intendencias.
Características del Poder Ejecutivo
- El Poder Ejecutivo suele caracterizarse por ser de naturaleza unipersonal.
- Quien ocupa el Poder Ejecutivo llega a ser el Jefe de Gobierno, es decir, la figura representativa, visible y más importante de este poder. Se encarga de conducir al país y decidir las políticas que se van adoptar.
- Si el país posee un sistema político presidencial, el Jefe de Gobierno también se considera el Jefe de Estado. Es quien representa al país frente a la comunidad internacional.
- En caso de los sistemas parlamentarios, este puesto es ocupado por el líder del partido que mayor representación posee en el poder legislativo y se le conoce como primer ministro. Por ejemplo, en la República de Irlanda se le llama Taoiseach, en Alemania y Austria es conocido como Canciller Federal.
- En otros países, como en Francia, el poder ejecutivo está repartido entre el presidente y el primer ministro. Este sistema se ha vuelto común en muchas colonias francesas antiguas.

- El jefe de Gobierno es asistido por un conjunto de ministros. Estos poseen responsabilidades específicas que se centran en un campo de actuación determinado. Estos campos pueden ser: educación, salud, asuntos exteriores, etc.
- Otros empleados o funcionarios públicos también ayudan al Jefe de Gobierno a atender sus funciones.
Facultades administrativas y legislativas del Poder Ejecutivo
Algunos expertos en la materia le colocan al Poder Ejecutivo el nombre de Poder Administrativo. Esta última denominación describe muy bien las funciones que permite realizar esta potestad. Este puesto jurídico no solo permite la ejecución de las normas y reglas, sino que implica también administrar otras clases de decretos, reglamentos e instructivos.
Incluso, en ciertas jurisdicciones suelen delegarse potestades legislativas a quien ocupa el cargo ejecutivo presidencial. Esta facultad que en ocasiones posee el presidente o primer ministro no se debe confundir con la autoridad administrativa, la cual bajo mandato constitucional le ofrece dichas facultades. Esta ambigüedad puede traer inconvenientes legales o confusiones sobre lo que es permitido hacer a cada potestad. Esta disyuntiva suele ser el argumento para justificar la presencia de Tribunales Constitucionales.
Requisitos y duración del Poder Ejecutivo
Por lo general, en los países con sistemas democráticos, el puesto del representante del Poder Ejecutivo es escogido de forma popular a través del voto. Las reglas que rigen la forma de votación y las condiciones para ganar las mismas son diferentes para cada país. Por norma general, el puesto de presidente o puestos afines deben ser ocupados por individuos que hayan nacido en el territorio nacional o habiendo nacido en el extranjero, sean hijos de ciudadanos nativos.
El período de duración del representante del Poder Ejecutivo cambia de una nación a otra. Es la Constitución de cada país la que establece el número de años que podrá ocupar este puesto quienes hayan sido elegidos por voto popular y si es posible optar por una reelección.
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