Indígenas y pueblos originarios en Argentina
Los pueblos originarios son las comunidades «originales» de América y se corresponden con las antiguas sociedades precolombinas cuya cultura aún sigue vigente en sus integrantes. Argentina cuenta con numerosos pueblos originarios que, a pesar de la conquista por parte de los europeos y la falta de apoyo por parte de las políticas estatales, pudieron salvaguardar sus ideas y parte de sus culturas.
¡A continuación les brindaremos información sobre algunas de estas comunidades tan interesantes!
Introducción
El territorio que actualmente constituye la República Argentina estuvo poblado hace más de 10.000 años por numerosas comunidades que tuvieron diferentes desarrollos culturales de acuerdo a sus contextos temporales y espaciales. Algunas se adaptaron a las difíciles características geográficas del medio en el que vivían; otras superaron las dificultades al transformar la naturaleza acorde a sus necesidades.
Cada una de estas culturas se asentaba en múltiples lugares, formando aldeas o tribus. Un dato importante a tener en cuenta es que los límites territoriales de estas comunidades no coinciden con las fronteras nacionales actuales. Es decir, es común hallar pueblos originarios cuyos asentamientos se encontraron distribuidos por ejemplo: entre actuales tierras argentinas y chilenas o de otros países vecinos. En cuanto al nombre con que las conocemos, es un asunto complejo porque existen múltiples designaciones para el mismo pueblo según:
- El nombre que le dieron las tribus vecinas.
- Como los nombraron los europeos.
- El nombre del espacio en donde habitaron.
- El nombre que se daba la tribu a si misma.
Las sociedades que vivían en un mismo espacio geográfico iban adoptando una cultura similar, ya fuera porque debían responder a las mismas necesidades o porque debido al contacto iban aprendiendo saberes unas de otras. Es por ello que, para estudiar las sociedades precolombinas (previo a la llegada de los europeos) del actual territorio argentino, lo haremos por regiones geográficas.
Comunidades originarias de la Montaña (actual noroeste Argentino y norte chileno)⁽¹⁾
La dominación incaica en los territorios meridionales
Las regiones del sur de los Andes formaban parte del Imperio Inca que las había conquistado aproximadamente para el año 1480. De este modo, el imperio extendió sus dominios hasta la actual provincia de Mendoza y los territorios centrales de Chile. Estas regiones pasaron a formar parte del Collasuyo (una de las cuatro grandes divisiones del Imperio Inca). Los restos del “Camino del Inca” revelan un sistema de dominación que articulaba estos territorios. Gran parte de los centros administrativos incaicos en estas zonas fueron construidos sobre poblados de las etnias locales. Allí los incas introdujeron su religión (culto a Inti, deidad solar) y tecnología (sistema de cultivos y riegos).
La conquista incaica influyó en la organización social y política de las tribus locales al establecer un sistema de trabajo obligatorio (mita) y una uniformidad cultural en gran parte del noroeste argentino. Es decir, la inflexible dominación política y la imposición de mecanismos de control, hasta entonces desconocidos en la región, tendieron a homogeneizar a las poblaciones conquistadas.
A pesar de la dominación de los incas existieron importantes tribus que ofrecieron una tenaz resistencia a la conquista, por ejemplo los reche, los chiriguanos y los juríes. Además, también hubo pueblos que se sirvieron de la cultura inca pero, a su vez, representaban una comunidad importante, por ejemplo: los Diaguitas.
Los Diaguitas
Los diaguitas vivían en comunidades localizadas en los valles y quebradas del Noroeste:
- Valles Calchaquíes en Salta y Tucumán
- Casi en toda Catamarca y L Rioja
- El norte de San Juan
Estas comunidades tenían en común el idioma cacán, por ello algunas especialistas se refieren a este pueblo originario como canos. Los diaguitas estaban organizados por una serie de jefaturas y cada jefe tenía autoridad sobre varias comunidades. Estas no conformaban una unidad política, ni todas las comunidades compartían las mismas características. Es probable que las jefaturas hayan sido hereditarias, aunque también valía la capacidad de mando. A diferencia del resto de los hombres de las tribus, que eran monogámicos, los jefes podían ser poligámicos.
Las viviendas de los diaguitas variaban de una zona a otra, pero en general eran de piedra, además, contaban con pisos de lajas y techos de ramas o madera de cardón y paja. Las paredes solían ser poco elevadas y formaban habitaciones rectangulares, cuadradas o circulares.
Las comunidades diaguitas practicaban la agricultura en forma intensiva y lograron un alto nivel de desarrollo. Sus sistemas de andenes en las laderas de las montañas eran similares a los utilizados por los pueblos incas o influenciado por estos. Es probable que hacia la época de la conquista, en la región de los diaguitas, se cultivaran aproximadamente cincuenta variedades de maíz. En cuanto a los instrumentos de labranza se deduce que eran similares a los utilizados por los incas.
Los diaguitas estaban preparados para las guerras. Muchas de sus aldeas se encontraban en lo alto de los cerros, rodeadas de murallas. Estas construcciones fueron denominadas pucarás por los incas. Es decir, eran ciudadelas fortificadas estratégicamente con el fin de defenderse de ataques. Los diaguitas, a pesar de ser conquistados en el año 1480 por los incas, fueron rivales muy feroces para los conquistadores europeos. La resistencia diaguita frente al avance de los españoles fue muy prolongada. Este suceso fue conocido como las Guerras Calchaquíes y duró más de un siglo (1560-1667).Los resultados de la contienda fueron una fuerte despoblación y desarraigo de la etnia diaguita; un deterioro de la economía territorial (tanto para las comunidades originarias como para los españoles) y un recrudecimiento del régimen de encomienda.
La periferia andina: las tierras del oriente y las Sierras Centrales⁽²⁾
La frontera oriental de las tierras que los incas conquistaron fue un punto totalmente conflictivo debido al avance de comunidades de origen chaqueño y amazónico que atacaron y subyugaron a la poblaciones estacionadas allí. Incluso los dominios incaicos se vieron en problemas. Esta era la situación en las yungas o valles calientes del oriente de las actuales provincias de Salta, Tucumán y Catamarca, y del noroeste de Santiago del Estero. Los españoles denominaron juríes a la zona de las yungas y a sus habitantes. Entre los valles de los ríos Salado y Dulce abundaron lo que los españoles denominaron tonocoté. Luego en la zona de las Sierras Centrales (Actuales Córdoba y San Luis) estuvieron ocupadas por pueblos agroalfareros con fuertes influencias andinas, pero que no tuvieron un contacto directo con los incas. El más conocido de estos pueblos fue el de los Comechingones.
Los Tonocoté
Fue un pueblo de origen amazónico establecidos allí desde el año 700 de nuestra era. Se traba de agricultores sedentarios cuyas aldeas se ubicaban cerca de los ríos y en lugares con acceso a múltiples recursos. Sus pueblos estaban formados por varias viviendas que estaban rodeadas de empalizadas y defensas de ramas espinosas debido a los constantes ataques de pueblos vecinos. Los tonocoté estuvieron fuertemente andinizados y mantenían importantes intercambios comerciales con los pueblos de las zonas altas.
Los Comechingones
Eran pueblos agricultores en grandes extensiones de tierras. Estos utilizaron el riego artificial y la conservación de los cereales en silos subterráneos. También eran pastores de llamas y complementaban su dieta con carne animal obtenida de la caza (guanacos, liebres o ciervos). Fueron buenos tejedores a pesar de que muchos de sus instrumentos eran de piedra y hueso.
Una característica de este pueblo, y que le llamó la atención a los europeos, era que usaran la barba y eran muy belicosos. Al parecer el nombre de «comechingones» fue puesto por la tribu vecina de los sanavirones y hacía referencia a la costumbre que tenía esta comunidad de habitar en cuevas y grutas (muy numerosas en la región serrana), pero seguramente también en casas semi subterráneas, que llamaron la atención de los conquistadores. En la actualidad, un grupo de investigadores sostienen que el nombre general de comechingones no designaba a un grupo homogéneo sino a comunidades diferentes que, aún compartiendo algunas similitudes en sus modos de vida, presentaban muchas diferencias.
Las comunidades de la llanura Chaqueña ⁽³⁾
La región del Chaco abarca parte del norte argentino, Paraguay y parte de Bolivia. Los pueblos originarios que habitan estas zonas no reconocen para sus asentamientos los limites de los Estados nacionales impuestos posteriormente. En este territorio se encuentras varias familias lingüísticas según las cuales se agrupa a los pueblos de esta región:
- La Guaycurú: que incluye a tribus de origen toba, mocoví, abipón, pilagá.
- La Mataco-Mataguaya: forman parte las tribus mataco, mataguayo, chorote, chulupí, tonocoté.
- La Tupí-guaraní: incluye a los chiriguanos y a los chané
- La Lule-Vilela: conformada principalmente por los lules y los vilelas
Con excepción de la familia Tupí-guaraní, la mayor parte de los indígenas del Chaco poseen características culturales comunes. Realizaban cacerías que consistían en arrinconar animales por medio de ruidos, humos o incendio de pastizales, para poder hacer una caza selectiva de los animales que huían. Es por ello que esta región tiene su nombre, porque Chacú quiere decir «territorio de caza».
Los chiriguanos
Se expandieron por la selva del Chaco Occidental, cerca de los límites con el imperio Inca. Eran muy guerreros y se resistieron a la conquista incaica. Sus acciones impidieron que los incas se extendieran por la selva. A pesar de su relación conflictiva con los incas, tomaron muchos de sus conocimientos: agricultura con empleo de fertilizantes, construcción de graneros para el maíz y criadero de animales. Las jefaturas por aldeas se transmitían de forma hereditaria y se caracterizaban por ser belicosas. Los jefes tenían lugartenientes, hechiceros benignos y capitanes de guerra. Las distintas aldeas se unían en situaciones de guerra y nombraban a un cacique regional que actuaría como mando central. Este ultimo, normalmente, solía pertenecer a la aldea mas grande y poderosa.
Los Wichis o Matacos
Los Matacos eran bandas seminómadas que ocupaban el Chaco central, a lo largo del río Bermejo, hasta llegar al Chaco Occidental, por los valles subandinos. Actualmente utilizan el nombre de wichi, que significa «nosotros mismos», en lugar de mataco que en quechua quería decir en forma despectiva «animal insignificante».
Algunas tribus de esta comunidad se dedicaban a la cacería en los montes, mientras que otras eran fundamentalmente pescadores. Tenían una sociedad con un alto grado de igualdad. Las aldeas se configuraban en forma de círculo, sus chozas tenían una forma cilíndrica y estaban hechas de ramas y paja. Las chozas se distribuían sin distinción social y ninguna poseía puertas.
La división del trabajo se realizaba según el sexo: los hombres se ocupaban de tejer redes ,pescar colectivamente, fabricar los instrumentos de caza y ocuparse de ella. Las mujeres recolectaban frutos de algarrobo, chañar, y porotos del monte, tejían los bolsos y confeccionaban la vestimenta, se ocupaban de la crianza de los niños y realizaban trabajos de alfarería.
Las poblaciones del Litoral fluvial ⁽⁴⁾
Junto a los grandes ríos de la Mesopotamia (Paraná, Paraguay y Uruguay) vivieron dos tipos de pueblos originarios. Por un lado, tenemos al grupo de los cazadores y recolectores del interior que, al aproximarse a los grandes ríos, incorporaron la pesca como actividad económica y su cotidianidad se vio influenciada por ella. En estas comunidades el uso de la canoa fue fundamental para el desarrollo de sus actividades económicas. Dentro de este amplio grupo podemos reconocer a los kaingang, los charrúas y los querandíes. Por otro lado, tenemos el grupo de los «horticultores amazónicos». Los máximos representantes de este grupo son los guaraníes. Estos eran provenientes de la cuenca amazónica pero hacia el año 800 se instalaron en Misiones y el norte de Corrientes, y desde allí avanzaron hacia el sur siguiendo los grandes ríos.
Los querandíes
Los querandíes se extendían desde el centro-sur santafesino y el norte bonaerense hasta las primeras serranías cordobesas. Fueron prácticamente nómadas y al dedicarse exclusivamente a la caza solían deambular por la región litoral persiguiendo a sus presas. Eran robustos y fuertes como producto de la continua actividad de la caza. El término Querandíes significa «gente que come grasa de pescado» y proviene del guaraní, ya que estos los llamaban así por su costumbre de pescar sábalos con redes en verano, esperar que se sequen y comerlos en invierno.
Los guaraníes
Hacia el año 1500, los pueblos guaraníes, aunque dispersos por una amplia región, mantenían una fuerte identidad lingüística y cultural. Los asentamientos más densos se hallaban al norte, en torno al actual río Paraguay y al alto Paraná. Al sur los guaraníes solían ser más dispersos y coexistían con otros pueblos originarios más antiguos. Tenían importantes asentamientos en las cercanías del Río Uruguay en su altura media y, sobre todo, en el Paraná inferior y el Delta. Eran pueblos acostumbrados al uso de los ríos, los cuales utilizaban como vías de movimiento y comunicación a través de canoas, y que ocuparon preferentemente las zonas boscosas.
Sus aldeas solían estar construidas en puntos altos, a salvo de las inundaciones, y estaban constituidas por chozas circulares y protegidas por empalizadas. Practicaban la horticultura basada en el cultivo de maíz, maní, batata, mandioca y zapallos. A su vez frecuentaban la pesca y la alfarería.
Comunidades originarias de la Pampa y la Patagonia ⁽⁵⁾
La llanura pampeana había sido ocupada por bandas de cazadores-recolectores que se adaptaban a las condiciones y recursos de los distintos ámbitos pampeanos. En las tierras de los Querandíes el venado constituyó el principal producto de caza, mientras que en el sur bonaerense el guanaco fue el producto primordial.
La flexibilidad y gran cantidad de recursos que ofrecía la región pampeana y patagónica permitió a los pueblos originarios vivir en distintos medios y hacer frente a los cambios medioambientales. Organizados en pequeñas bandas, se desplazaban a pie y acampaban en espacios cercanos a fuentes de agua potable. Para la caza utilizaban arcos, flechas, dardos y las clásicas boleadoras. Sus viviendas eran los famosos «toldos» (término que fue asignado por los españoles) que eran paravientos hechos con pieles y sostenidas por varas de madera, fáciles de armar y desmontar.
En el sur bonaerense aparecen grupos de una influencia de la Patagonia que señalan un avance hacia le norte de poblaciones de esa región, conocidas luego como tehuelches. Al mismo tiempo, se producía la llegada de grupos guaraníes al noroeste de la pampa que se asentaron en las costas occidentales del Río de la Plata. Al sur de Río Negro se encontraba una población de cazadores-recolectores conocida como tehuelches del sur o patagones . Luego, al norte del río Chubut se puede hallar a los tehuelches del norte o mejor conocidos como los pampas. Más al sur abundó otro grupo familiar de los tehuelches conocido como los chonecas.
Grupos originarios al Occidente de los Andes⁽⁶⁾
Hacia el 1500, la región que se extiende entre el Río Itata al norte y el golfo de Reloncaví estaba densamente poblada por pueblos originarios que lograron resistir las avanzadas de los incas y más tarde de los españoles. Las condiciones de esa región eran favorables para el asentamiento humano debido que abundaban los recursos naturales gracias a las zonas boscosas, los suelos fértiles y las intensas lluvias. Los grupos originarios de esta zona se llamaban a sí mismos reche que significaba «la gente verdadera». Sin embargo, fueron popularizados por el nombre de aucas ( término que utilizaban los incas para referirse a ellos) o araucanos (término con que los españoles se dirigían a estos sujetos). Los pueblos originarios actuales, sus descendientes, prefieren utilizar el término mapuche que se traduce como «gente de la tierra».
Estos pueblos aunque no constituían una unidad sociopolítica hablaban una lengua en común (el mapudungun) y compartían rasgos culturales básicos:
- Prácticas hortícolas estacionales mediante el sistema de roza en zonas abiertas.
- Aprovecharon los recursos marítimos a través de la pesca y recolección de mariscos y moluscos.
- Recolección de frutos y semillas en los bosques de robles y araucarias.
- No presentaban diferencias jerárquicas (salvo la del prestigio personal y la posesión de objetos preciados) ni profundas diferencias económicas.
- No contaban con estructuras políticas estables, ya que correspondía a los jefes de familia y linajes regular los asuntos de cada comunidad.
Grupos originarios de Tierra del Fuego ⁽⁷⁾
En esta región podemos hallar a los onas, emparentados con los chonecas, que desarrollaron formas culturales similares a los tehuelches del extremo sur. En cambio, en los canales e islas vecinas se puede hallar a los yámanas y alacalufes que ya representaban culturas más adaptadas y especializadas a un contexto marino frío. Los yámanas se concentraban en las islas y costas que hoy forman parte de Argentina, en tanto que los alacalufes habitaron zonas de archipiélagos pertenecientes a Chile. Ambas comunidades ajustaron su vida a los recursos del mar: recolección de moluscos, pesca con linea, caza de lobos marinos, etc. Solían vivir sobre grandes canoas que llegaban a albergar familias enteras. En cada canoa ardía siempre un pequeño fuego sobre una base o fogón de tierra y piedras. Fueron estos fuegos permanentes y móviles los que motivaron el nombre dado a la región por los viajeros europeos del siglo XVI.
Bibliografía
¹- Lehmann, Henri. Las culturas precolombinas. Buenos Aires. Eudeba, 1996.
– Mandrini, Raúl. La Argentina aborigen: De los primeros pobladores a 1910. Buenos Aires. Siglo Veintiuno Editores, 2012.
-Mandrini, Raúl. América aborigen: De los primeros pobladores a la invasión europea. Buenos Aires. Siglo Veintiuno Editores,2013
² -Magrassi, Guillermo. Los aborígenes de la Argentina. Buenos Aires. 1989.
³ -Teruel, Ana. Misiones, economía y sociedad. La Frontera chaqueña del Noroeste argentino en el siglo XIX, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 2005.
⁴ -Noelli, Francisco. «La distribución geográfica de las evidencias arqueológicas guaraní». Revista de Indias, 2004, vol. LXIV, núm. 230 Págs. 17-34.
⁵ -Palermo, Miguel. La innovación agropecuaria entre los indígenas pampeano-patagónicos: génesis y procesos. en Anuario del IEHS 3, 1988, Tandil, IEHS, 1989, pp. 43-90.
⁶ -Bocarra, Guillaume. Los vencedores. Historia del pueblo mapuche en la época colonial. San Pedro de Atacama, Línea Editorial HAM, 2007.
⁷ -Mandrini, Raúl. La Argentina aborigen: De los primeros pobladores a 1910. Buenos Aires. Siglo Veintiuno Editores, 2012.pp. 177-182.
Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.