Historia de las religiones
La historia de las religiones es tan antigua como la historia humana. Rastrear sus orígenes siempre fue una tarea ardua y compleja, pero a través de distintos vestigios históricos podemos identificar sus respectivos desarrollos. ¡A continuación, les brindaremos un breve resumen, acompáñenos!
La religión en la Prehistoria ¹
El Paleolítico
Durante el periodo del Paleolítico Medio (250.000 a.C. hasta el año 30.000 a.C.) se pueden hallar las primeras evidencias de prácticas religiosas. Se estima que estas estaban muy relacionadas con la creencia de hechos sobrenaturales. Fueron fenómenos típicos de este periodo el enterramiento de cadáveres con ajuar funerario, el totemismo y el culto a los animales.
Luego, en el periodo del Paleolítico Superior, ya se puede detectar la difusión de ceremonias religiosas practicadas en igualdad entre todos los miembros de una misma comunidad. Las evidencias arqueológicas de este periodo parecen evidenciar que, ya para ese entonces, los humanos habían empezado a creer en seres sobrenaturales. También se desarrollaron cultos hacia los antepasados y prácticas religiosas basadas en la creencia de los efectos apotropaico y de la magia simpática. Ejemplo de esto último podrían haber sido las numerosas Venus paleolíticas halladas, las cuales podrían haber sido utilizadas como amuletos para conseguir una caza exitosa o como medio para atraer la fertilidad.
El Neolítico
Para los años del Neolítico se presencian una serie de cambios en las mentalidades de los humanos con respecto a los años del Paleolítico. El paso de una vida nómada a una sedentaria, basada en la agricultura y la ganadería, provocaron grandes transformaciones en la forma de religiosidad. En el Neolítico encontramos figurillas antropomorfas femeninas y zoomorfas dedicadas a las deidades de la fertilidad y la virilidad. Incluso, hay quienes destacan que aquellas figurillas femeninas no estaban relacionadas con la fecundidad, sino más bien con una deidad mayor, es decir, una «Madre Universal». También son evidencia arqueológica de este periodo estatuas antropomorfas, cráneos decorados y máscaras, los cuales estarían relacionados con cultos sobre la muerte, la fecundidad, la domesticación o el universo cosmológico post mortem.
Finalmente, un hecho crucial para la vida religiosa del neolítico, y para la posterioridad de la humanidad, fueron las edificaciones dedicadas exclusivamente a funciones religiosas o ritualistas. Nos referimos a los santuarios y templos de la región del Próximo Oriente. En estas edificaciones surgirán especialistas religiosos que tendrán un estatus superior y diferenciado en las sociedades neolíticas tardías. Con el pasar del tiempo, las religiones del Neolítico darían paso a los famosos cultos de las primeras civilizaciones históricas.
La religión en la Edad Antigua ²
Es en la Edad Antigua en dónde encontramos el origen de las religiones más conocidas de la historia de la humanidad. En un principio, las distintas comunidades y civilizaciones tendieron a personalizar los distintos elementos (el cielo, el fuego, la tierra, al agua o el aire), y los fenómenos naturales (la lluvia, el viento, el trueno o el rayo), para más tarde conceder a cada dios determinadas atribuciones, con lo que terminaron siendo los productores de dichos elementos y fenómenos. Vale destacar en este primer periodo las grandes religiones politeístas de la Mesopotamia a las que le debemos el primer relato de un «diluvio» y también la primer historia de un paraíso (Edén es un término sumerio). Entre estas religiones se destacan la de los sumerios, acadios, asirios, babilonios, caldeos, etc.
Párrafo aparte, merece ser nombrado al Antiguo Egipto y su rica mitología. La religión egipcia es impresionante, ya que: perduró aproximadamente cuatro mil años, fue pionera en varias creencias que luego recogieron otras religiones y porque fue la primera en la que hubo una tendencia hacia el monoteísmo. En Persia (actual Irán) aparecieron tres grandes corrientes religiosas: zoroastrismo, mitraísmo y maniqueísmo.
En las tierras de la actual India abundaron ricas y complejas religiones, las cuales muchas han perdurado hasta la actualidad. Entre las más difundidas se encuentra la Religión Védica, el Hinduismo, el Budismo y el Jainismo. En el Lejano Oriente tuvo una gran impronta el Taoísmo, Confucianismo y Sintoísmo.
Por otra parte, en la región del Mediterráneo, los antiguos griegos y su mitología también fueron muy importantes para el desarrollo de la Edad Antigua. Estos eran politeístas e influyeron de gran manera en la Antigua Roma y sus religiones.
En el continente americano florecieron, en el periodo precolombino, una gran diversidad de religiones. En Norteamérica, estuvo muy difundido el culto a un ser supremo conocido como Manitú, también llamado Oki, Orenda o Vakanda. Adoraban el Sol, la Luna y a la Madre Tierra.
En Centroamérica fue popular la religión Maya, cuya mitología y cosmología quedó plasmado en el famoso libro Popol Vuh. También tuvo mucha difusión la religión Azteca. Estos tenían varios dioses, pues unían a los suyos los de los pueblos conquistados, aunque destacaba el dios creador de todo, residente en el cielo, a quien se le conocían varios nombres, pero el más utilizado era Ometecuhtli, el «Señor Doble«, por poseer los dos principios generadores.
En América del sur también hubo una gran diversidad de religiones, pero la más destacada y esparcida fue la correspondiente a la cultura Inca. Los incas adoraban el sol, Inti, y la luna, Mama Quilla, que era hermana y esposa del sol. Antes de que el sol fuera elevado a la categoría de dios supremo, existía un dios creador, Wiracocha, en las mesetas, y Pachacamac, en la costa, que residía en el lago Titicaca.
Mención aparte merece el caso del Judaísmo y el Cristianismo. La primera fue practicada por el pueblo Hebreo, los cuales provenían de la Baja Mesopotamia y se adentraron en las tierras de Canaán (actual palestina). El judaísmo es una religión teocéntrica, la cual cree en la existencia de un Dios personal, único, omnipotente, omnisciente, eterno, perfecto y creador del universo. Como todas las religiones monoteístas, rechaza el reconocimiento de cualquier otro dios que no sea el suyo. La religión judía basa sus creencias en la Tanaj y el Talmud.
Tiempo más tarde, se fue conformando el cristianismo, el cual nació como que una secta del judaísmo, del que se fue separando paulatinamente debido al rol de mesías, y el carácter divino, que le designaron a Jesús. El cristianismo fundamenta sus creencias en base al Antiguo Testamento (el cual incorpora muchos escritos de la Tanaj judía) y al Nuevo Testamento. Con el pasar del tiempo, esta religión irá ganando terreno y se expandirá rápidamente por los límites del Imperio Romano.
Es importante destacar que en los primeros momentos de la Iglesia abundaron diversas formas de cristianismo que se disputaron entre sí la expansión de sus creencias y la ocupación de instituciones públicas. Sin embargo, a partir del Edicto de Tesalónica, que fue decretado por el emperador romano Teodosio el 27 de Febrero del año 380, el Cristianismo niceno se convirtió en la religión oficial del Imperio romano. De este modo, otras variantes del cristianismo, como lo fueron el Arrianismo y el Priscilianismo, comenzaron a ser colocados por fuera del cristianismo oficial y ya desde temprano fueron consideradas posturas heréticas.
La religión en la Edad Media ³
La Edad Media es un periodo muy prolongado en el tiempo, en dónde los fenómenos religiosos abundaron enormemente, sin embargo, nos limitaremos a remarcar determinadas cuestiones fundamentales: La expansión del Cristianismo, el surgimiento del Islam y las Guerras Cruzadas.
En este periodo se fue conformando una Cristiandad germanorromana. Entre los años 451-452, fecha del Concilio de Calcedonia y de la mediación del papa León I ante Atila, y 754, año de la muerte de San Bonifacio, evangelizador de los germanos y de la unción de Pipino el Breve por el papa Esteban II, se fueron creando las bases de la Cristiandad Occidental y medieval. Durante este periodo parecieron existir dos Iglesias. Por un lado, estaba la del Imperio de Bizancio, apoyada y mediatizada por el emperador y preocupada por los problemas del dogma de una sociedad con fuerte herencia grecorromana. Por el otro, la Iglesia del occidente romano-germánico que estaba más preocupada por los intentos de acomodarse al nivel cultural y religioso de los germanos.
Durante este periodo, las aspiraciones del obispo de Roma y el patriarca de Constantinopla serán muy conflictivas, comprometiendo las relaciones entre Roma y Bizancio. A pesar del conflicto entre las grandes autoridades, el cristianismo no cesó su crecimiento, expandiéndose en las Islas británicas desde el siglo V y hacia los Balcanes y Europa Oriental desde los siglos IX y X.
Otro hecho fundamental fue el surgimiento del Islam. Hacia principios del siglo VII se configuró un nuevo orden político que incluyó la totalidad de la península arábiga, la totalidad de los territorios sasánidas y las provincias de Siria y Egipto del Imperio Bizantino. En este nuevo mapa, el grupo gobernante estuvo formado por los árabes de Arabia occidental y, en gran medida, de La Meca. Este grupo árabe estaba identificando su nuevo orden con la creencia de una revelación realizada por Dios a Mahoma, un ciudadano de La Meca, en la forma de un libro sagrado llamado Corán. Este sería una revelación que completó las de los primeros profetas y que creó una nueva religión, el Islam, separada del judaísmo y el cristianismo.
Entre los siglos VII y X, el Islam se convirtió en una nueva fuerza, que en poco tiempo, aseguró su presencia en un amplio espacio: del Océano Atlántico hasta el Río Indo. Sin embargo, la homogeneidad no será una característica de esta nueva religión que pronto se dividió entre las ramas sunii y sií. Por otra parte, tras la muerte de Mahoma se sucedieron distintos califatos que condujeron a la fragmentación del Imperio islámico. Cómo resultado de las divisiones se establecieron tres grandes califatos: Córdoba, El Cairo y Bagdad.
Finalmente, resulta menester describir el fenómeno de las Cruzadas. Estas representaron un conjunto de campañas militares que llevaron a cabo los Papas a lo largo de diferentes territorios. Se conocía como cruzados a quienes formaban parte de este ejército. Eran ciudadanos a quienes se les perdonaban los pecados a fin de que combatieran acérrimamente en las cruzadas. Estas contiendas no sólo enfrentaron a las grandes autoridades del mundo cristiano, sino que también hubo enfrentamientos entre las fuerzas cristianas y las islámicas.
Las cruzadas se libraron a lo largo de un período de tiempo que abarcó casi dos siglos, entre los años 1095 y 1291, aproximadamente. El principal objetivo de estas campañas militares era reconquistar todos los territorios que pertenecían a la Tierra Santa y hacer que la religión cristiana fuese reestablecida en estas zonas. Por este motivo, las Cruzadas se dirigieron principalmente contra aquellos pueblos que tenían una idiosincrasia e ideología que fueran en contra del cristianismo. Entre esos pueblos y clases sociales se encontraban: los musulmanes, judíos, mongoles, husitas, prusianos, cristianos ortodoxos rusos y griegos, esclavos paganos y cualquiera que fuera enemigo del cristianismo o del Papa.
La religión en la Edad Moderna ⁴
La Edad Moderna es un periodo en donde se puede vislumbrar un crecimiento de los poderes temporales, pero también una notable expansión de las religiones. En el último periodo de la Edad Media la imagen de la Iglesia Católica comenzó a sufrir una pérdida de popularidad. Los constantes hechos de corrupción y las disputas por el predominio del poder generaron sucesos desafortunados para el poder eclesiástico: el Cautiverio de Aviñón, el Cisma de Occidente, etc.
El crecimiento de las ciudades, y con ellas de la burguesía, sumado a la impronta del Humanismo fueron factores fundamentales para la crítica hacia la Iglesia como institución. Una consecuencia de este contexto fue el famoso movimiento de la Reforma Protestante y la posterior Contrarreforma católica. Estos sucesos del mundo cristiano desencadenaron numerosas guerras de religión, la más conocida fue la Guerra de los 30 años, la cual involucró una gran cantidad de reinos europeos.
Por otra parte, debido al periodo de las grandes navegaciones y conquistas; el imperialismo de las grandes potencias trajeron consigo la expansión del cristianismo en detrimento de las religiones autóctonas de América, África y Oceanía. Por otro lado, este mismo fenómeno de expansión del cristianismo generó efectos sincréticos con las religiones locales.
En cuanto al mundo islámico, durante este periodo se puede observar un crecimiento del Imperio Otomano con respecto a los antiguos califatos.
La Religión en la Edad Contemporánea ⁵
La Edad Contemporánea presenció un notable proceso de secularización debido a los aportes y avances de movimientos como: el Iluminismo, el Marxismo, el Socialismo, anarquismo, ateísmo, etc. Sin embargo, esto no significó el fin de las religiones, por el contrario, la religión es un elemento frecuente en las sociedades contemporáneas.
Una particularidad de este periodo es que la religión se fue sincretizando con otros fenómenos como el nacionalismo provocando con esto sucesos de una gran complejidad. Pronto, la religión se convirtió en una característica de los movimientos nacionalistas y de los Estados nacionales. De este modo, las religiones fueron elementos presentes en diversas disputas mundiales y hechos catastróficos como: La Segunda Guerra Mundial, el Holocausto judío, las Guerras Cristeras, etc.
Otro hecho importante de este periodo es la fortaleza con la que surgieron diversas religiones cívicas o seculares, las cuales provocaron grandes adhesiones y movimientos de masas. Ejemplos de esto último fueron los intentos de la Revolución Francesa de imponer un culto a la «Razón», o los diversos intentos de culto por parte de los gobiernos totalitarios.
Actualmente, las religiones mayoritarias alrededor del mundo son: el Cristianismo, Islam, Hinduismo, Budismo, Judaísmo. Lo cual estas no implican que sean las únicas que prevalecen, ya que muchas otras son practicadas en distintas regiones del mundo.
Bibliografía
¹ -Fernández Martínez, Víctor M. Prehistoria: El largo camino de la humanidad. Madrid, 2014.
² -Bravo, Gonzalo. Historia del Mundo Antiguo. Madrid, 2015.
-Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner. Atlas Histórico Mundial I. Madrid, 2006.
³ – García de Cortazar, José Ángel; Sesma Muñoz, José Ángel. Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial, Madrid, 2014.
⁴ -Jonathan Israel, La Ilustración radical. La filosofía y la construcción de la modernidad, 1650-1750, México, FCE, 2012 (2001).
-Jonathan Israel, Una revolución de la mente. La Ilustración radical y los orígenes de la democracia moderna, Pamplona, Laetoli, 2015 (2010).
-Mark Greengrass, La destrucción de la Cristiandad. Europa 1517-1648, Barcelona, Pasado y Presente, 2015.
-Ribot, Luis. La Edad Moderna (siglos XV-XVIII). Marcial Pons, Ediciones de Historia, S.A, Madrid, 2017.
-Quentin Skinner, Los fundamentos del pensamiento político moderno I. El Renacimiento, México, FCE, 1993 (1978).
⁵– Béjar, María Dolores. Historia del siglo XX. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2018.
-Briggs, Asa y Clavin, Patricia, Historia Contemporánea de Europa. 1789-1989, Barcelona, Crítica.
-Villani, Pasquale, La Edad Contemporánea, 1800-1914. Barcelona, 1996.
-Néré, Jacques, Historia Contemporánea, Barcelona, Ed. Labor, 1982.
Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.