Éxodo Jujeño
En Agosto de 1812 tuvo lugar el famoso Éxodo Jujeño que resultó ser una de las maniobras más importantes en la historia de la independencia de Argentina. El bando revolucionario de la jurisdicción de Jujuy se puso a disposición del general Manuel Belgrano y emprenderían un parcial abandono de sus tierras de orígenes para retirarse hacia la región central de las Provincias Unidas del Río de la Plata. ¿Quiénes participaron? ¿Cuáles fueron los motivos del éxodo? ¿Qué consecuencias tuvo?. ¡A continuación les brindaremos las respuestas y mucho más!
Antecedentes ⁽¹⁾
Cuando estalla la Revolución en Buenos Aires en 1810, los representantes de Charcas y Potosí se mantuvieron fieles a la Corona. De este modo, deciden romper relaciones con el alterado Virreinato del Río de la Plata y se integraran al Virreinato del Perú. Esto significaba la pérdida de las riquezas mineras y comerciales del Alto Perú por parte de los rioplatenses.
Sin embargo, en este contexto, la ciudad de Cochabamba declara su adhesión a la Revolución de Mayo y, tras la derrota del ejército revolucionario en Huaqui, las tropas realistas, comandadas por el general José Manuel de Goyeneche, atacarán Cochabamba. Hacia el año 1811, la mayor parte del Alto Perú había caído en poder de la Corona. El siguiente paso de Goyeneche era avanzar por Jujuy para reconquistar y «pacificar» el Río de la Plata.
Un hecho crucial fue la sublevación de Cochabamba, por la cual el Virrey del Perú ordenó la represión de todos los involucrados. El encargado de la tarea fue el mismo Goyeneche que preparó un ejército de más de 2.000 hombres. Estos arrasaron con pueblos enteros y ejecutaron a varios líderes rebeldes.
Por otro lado, la ciudad de San Salvador vio transformada su cotidianeidad con la llegada del ejército revolucionario en 1810. La ciudad formaba parte del Virreinato del Río de la Plata y, a pesar de ser una localidad relativamente chica, era “un centro de tránsito obligado» que lograba conectar el Alto Perú y las tierras bajas rioplatenses. Gracias a este factor, la pequeña ciudad contaba con un fuerte dinamismo mercantil. La provincia de Jujuy se tornó en una especie de campamento para los revolucionarios que debió atender todo tipo de necesidades que, lógicamente, excedían con sus modestas posibilidades.
Con la derrota del Ejército revolucionario en Huaqui en 1811, la avanzada realista era inminente y la revolución comenzaba a peligrar. Por ello, el gobierno central desde Buenos Aires ordenó al entonces General en Jefe del ejército, Juan Martín de Pueyrredón, reorganizar en Jujuy las tropas para defender el territorio; pero, tras la derrota de su ejército en el Combate de Nazareno en 1812, el General Pueyrredón ordena la retirada de las tropas hasta Yatasto. Es allí donde el General Manuel Belgrano recibe el mando del ejército. Tras una serie de investigaciones, Belgrano decidió que el mejor lugar para ubicar el campamento era Jujuy y Humahuaca.

El «éxodo jujeño» ⁽²⁾
Al tanto de las noticias de los trágicos acontecimientos ocurridos en Cochabamba y luego del arribo de los pocos sobrevivientes de esta batalla, Belgrano comunica al gobierno central que sus tropas no están preparadas para un enfrentamiento debido al poco y maltrecho armamento con el que contaban, la diferencia de hombres con respecto a las tropas de Goyeneche y la escasa preparación de los soldados a su cargo. Finalmente, el Triunvirato ordena a Belgrano el desplazamiento de sus hombres y recursos hacia el centro del país con el fin de evitar que caigan en manos enemigas y poder reorganizar una contraofensiva. Efectivamente, Belgrano desde el Cuartel general de Jujuy, el día 29 de Julio de 1812, ordena el retiro de la población adherente a la causa revolucionaria.

El comienzo del éxodo
De esta manera comenzó la preparación de la emigración que denominada retirada en orden. Los comerciantes prepararon sus pertenencias y las fueron enviando a sus destinos más cercanos; las familias con recursos buscaron refugio en lugares seguros; y un porcentaje de familias adineradas que adherían a la causa realista se quedaron en Jujuy para esperar a las tropas de Goyeneche junto a algunos funcionarios y clérigos. Los sectores populares tardaron aproximadamente dos semanas en levantar sus casas y comercios, recoger los recursos agrarios, preparar el ganado y partir con sus familias. La mayoría de los indígenas se refugiaron con sus familias en los cerros.
Vale aclarar que junto a la retirada era preciso dejar el campo raso para que el enemigo no pudiera abastecerse. Finalmente, el 23 de Agosto de 1812 comenzó la masiva emigración. Aproximadamente 1500 personas siguieron a Belgrano (cerca de la mitad de la población que contaba la jurisdicción jujeña). Los pobladores, a medida que iban abandonando su región, fueron arrasando con todo a su paso para evitar beneficiar al enemigo. Por otra parte, el general realista, Don Pío Tristán, avanzó desde el norte con 3.500 hombres en persecución de los revolucionarios. Belgrano nombró a Eustoquio Díaz Vélez «segundo jefe» y junto con su Regimiento, los Patriotas Decididos, tuvieron la misión de formar la retaguardia del éxodo y retrasar a los realistas a través de incomodas guerrillas.
Un momento de inflexión sucedió el 3 de Septiembre de 1812 cuando las fuerzas realistas alcanzaron y se enfrentaron con la retaguardia de los revolucionarios a orillas del Río de las Piedras. Rápidamente, las fuerzas lideradas por Diaz Vélez pudieron revertir la situación y vencieron ante los realistas, los cuales decidieron huir. Gracias a las maniobras de la retaguardia, muchos de sus enemigos cayeron prisioneros —entre ellos el coronel Huici quien era uno de sus líderes—. Esta jornada será recordada popularmente en Argentina como «El combate de las Piedras«.

Interrupción del éxodo
Las órdenes emanadas por el gobierno central a Belgrano consistían en hacer retroceder la defensa independentista hasta las tierras cordobesas. De cierto modo, esto generaría el abandono en manos realistas de gran parte del norte rioplatense. Sin embargo, la victoria en las Piedras y el apoyo brindado por la familia más poderosa del Tucumán, los Aráoz, convencieron a Belgrano para desobedecer los mandatos del Triunvirato e instalarse en San Miguel de Tucumán con el fin de presentar batalla contra los realistas.

El gobierno central, desde Buenos Aires, no apoyaba la decisión de Belgrano de presentar batalla ante los realistas. El mismo secretario del Primer Triunvirato, Bernardino Rivadavia, insistió en que los revolucionarios continuaran con la retirada. Sin embargo, cuando el mensaje del Triunvirato arribó a los revolucionaros, las fuerzas de Belgrano ya habían logrado triunfar en la famosa «Batalla de Tucumán«. Esta victoria significó el final del éxodo, el aumento del ánimo de los revolucionarios y el comienzo de la recuperación, por parte de los independentistas, del norte argentino que culminará con la victoria en la «Batalla de Salta».

Consecuencias ⁽³⁾
- La interrupción del éxodo y la victoria en Tucumán provocó el derrumbe del prestigio del Primer Triunvirato que, al adoptar una postura tímida ante la independencia, centralista y porteño céntrica, terminará siendo derrocado por una acción en conjunto de «La Sociedad Patriótica» y la «Logia Lautaro» que dará inicio al Segundo Triunvirato.
- Luego de la victoria en Tucumán, paulatinamente, el bando jujeño de los revolucionarios fueron retornando a sus tierras de origen, sin embargo, presentaron grandes dificultades económicas.
- Al finalizar el éxodo, la revolución se encargó de intentar recuperar el norte rioplatense, pero nunca pudo volver a ejercer un dominio efectivo sobre la zona, ya que las numerosas campañas hacia el Alto Perú fueron duramente reprimidas por los realistas y, tiempo mas tarde, debieron delegar la defensa de la región a los Gauchos de Güemes y su guerra de guerrillas.
- En definitiva se podría decir que el «Éxodo jujeño» no fue sino el comienzo de una serie de guerras, invasiones, saqueos y nuevas emigraciones que se sucedieron hasta 1825. Jujuy se convirtió en unas de las provincias más afectadas por las guerras de la independencia, ya que su jurisdicción constituía el territorio crítico que los realistas querían conquistar para avanzar hasta Buenos Aires.
- El éxodo constituyó tiempo más tarde un elemento cultural de cohesión e identificación por parte de los jujeños de su propia identidad.
Bibliografía
¹ -Ternavasio, M., Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
-Goldman, N. (ed.), Lenguaje y revolución. Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850. Buenos Aires, Prometeo, 2008.
² -Halperín T, Historia Argentina. De la revolución de Independencia a la Confederación rosista. Buenos Aires, Paidós, 1972.
-Ternavasio, M., Historia de la Argentina, 1806-1852. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
³ -Halperin Donghi, Tulio. Revolución y Guerra. Buenos Aires, Siglo XXI. 1994.

Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.