Economía de la Alemania Nazi
El ascenso del nazismo al poder produjo cambios inmediatos en la matriz económica de Alemania ¿Cómo se produjo? ¿Quiénes participaron? ¿Cuáles fueron las consecuencias?. ¡A continuación, les brindaremos un breve resumen sobre este tema, acompáñennos!
Autarquía económica y rearme ⁽¹⁾
Cuando Hitler asume el poder, la situación económica de Alemania era muy delicada. Las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles, sumado a las arduas reparaciones que el Estado alemán debía pagar por su participación en la Primera Guerra Mundial, daban como resultado un margen de maniobras extremadamente acotado. Otro factor que actuó en detrimento fue el Crack del 29, ya que derivó en el colapso de los mercados financieros alemanes y la contracción de su economía. Se estima que hacia 1933, el desempleo en Alemania afectaba entre 6 y 7 millones de personas.
Ante este panorama, la principal preocupación del Partido Nazi fue asegurar un relanzamiento económico que convirtiese a Alemania en una gran potencia mundial. Para ello, se impulsó un fuerte dirigismo estatal, que tenía como objetivo lograr la autarquía económica y transformar a Alemania en un Estado autosuficiente. Con esta finalidad, se elaboró el famoso «Plan Cuadrienal» de autoabastecimiento económico y fomento de una industria de sustitución de importaciones, capaz de producir aquellas materias que el Tercer Reich no poseía en cantidad suficiente. Además se propuso la construcción de una flota mercante y la modernización de los sistemas de transporte (ferroviario, aéreo y terrestre).
Por otro lado, el Estado pasó a ejercer un fuerte control sobre los precios y los salarios con el fin de frenar la inflación, realizando fuertes inversiones e iniciando numerosos planes de obras públicas para acabar con el desempleo. Un factor crucial será la prioridad que se le brindó a la industria pesada, sobre todo la de armamento, que alcanzó un gran desarrollo gracias a la política de rearme (remilitarización).
Para lograr estas metas, fue necesario omitir las determinaciones del Tratado de Versalles sobre la prohibición del rearme. De hecho, Hitler tenía en mente dotar a Alemania de un «espacio vital» (Lebensraum), que era el espacio que requerían los alemanes para «satisfacer» todas sus necesidades. Toda la economía fue reorganizada a partir del modelo de economía de guerra, orientando la producción hacia la industria armamentística y la química. Además, se reestableció el servicio militar obligatorio: Alemania se preparaba para una expansión que conduciría a la guerra.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la economía de la Alemania nazi se caracterizó por un enfoque total de movilización económica. Se priorizó la producción de armamentos y equipos militares, lo que sostuvo al crecimiento industrial. Sin embargo, gran parte de este sistema se mantuvo mediante la utilización del trabajo forzado, tanto de prisioneros de guerra como de civiles de los territorios ocupados, para satisfacer la demanda de mano de obra. Otros sujetos que cayeron en el trabajo forzoso fueron los prisioneros políticos y prisioneros de campos de concentración. Estos incluían personas consideradas enemigas del régimen nazi como: judíos, comunistas, gitanos, homosexuales, disidentes políticos y otros grupos perseguidos.
A medida que la guerra se prolongaba, la economía alemana se vio afectada por la escasez de recursos, los bombardeos aliados y la disminución de la producción. La economía nazi dependía en gran medida de los territorios conquistados para su sostenimiento, y la derrota militar finalmente llevó a la destrucción y colapso de la economía alemana
Los resultados económicos ⁽²⁾
Los resultados económicos del nazismo fueron muy desiguales. Para el año 1939, Alemania se había convertido en la segunda potencia industrial del mundo. El índice de producción industrial creció enormemente, pero con una notoria diferencia entre el sector de equipamientos (156%) y el de bienes de consumo (19%), y se alcanzó la plena ocupación de sus ciudadanos. Sin embargo, para conseguir estos resultados fue necesario mantener los salarios bajos, hecho que produjo el estancamiento de la capacidad adquisitiva de los obreros.
Resulta menester aclarar que las condiciones de trabajo de los sectores populares de Alemania se tornaron muy duras, ya que las jornadas laborales no variaron de las 10 hs y se produjo la absoluta anulación de los derechos sindicales (huelgas, asociación, convenios, etc.). Igualmente, la inflación fue controlada, pero el comercio exterior se paralizó y el déficit exterior alemán se mantuvo a pesar de la «autarquía».
En general, la política económica nazi no cuestionó ni puso en peligro al sistema capitalista. Por el contrario, reafirmó algunos de sus rasgos más característicos. De este modo, se aceleró el proceso de concentración de capital, al mismo tiempo que los beneficios de las empresas y de la banca aumentaron en gran medida. El grueso de la clase media, que había depositado sus esperanzas en el nuevo régimen, experimentó una tenue mejoría, pero los beneficios otorgados a la banca y a los grandes industriales, les dejó poco margen de maniobra. En definitiva, la clase obrera vio como desaparecía el grave problema de la desocupación a la vez que se iniciaba un acusado empeoramiento de sus condiciones salariales y laborales.
Bibliografía
¹ -Fritzsche, Peter, De alemanes a nazis: 1914-1933. Bs. As., S XXI, 2006.
-Kershaw, Ian, La dictadura nazi: problemas y perspectivas de interpretación. Bs. As., S XXI, 2004.
² -Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX. Crítica, 2018 (1994).
Empresas y nazismo. Artículo de laizquierdadiario
Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.