Cultura Tiahuanaco
La cultura Tiahuanaco tuvo su desarrollo entre los siglos XVI y XII a.C, en distintas regiones de lo que hoy es Bolivia, Perú, Chile y Argentina. La importancia de esta civilización fue de tal magnitud, que parte de su cultura trascendió en el tiempo y logró influir en los incas. ¡A continuación, les brindaremos más información sobre esta cultura, acompáñennos!.
Contexto ¹
Tiahuanaco se desarrolló principalmente a orillas del Lago Titicaca y se extendió por su cuenca; las tierras altas situadas más al sur; la costa meridional, al menos hasta el Río Loa en el desierto de Atacama; y quizás el extremo noroeste de la actual Argentina.
Periodo aldeano
Se puede rastrear los orígenes de Tiahuanaco hacia el 1500 a. C, mediante la influencia de su principal precursor, la cultura Chiripa. Durante su primer momento, Tiahuanaco se desarrolló como una aldea que se servía de los recursos naturales de su hábitat, al mismo tiempo que carecía de grandes construcciones ceremoniales ni contaba con una clara estratificación de su sociedad. Algunos de los principales rasgos de estos momentos iniciales fue el impulso brindado al cultivo de la papa y la domesticación de la llama, animal que les servirá como herramienta de carga y que facilitó los intercambios comerciales con otras aldeas.
Periodo urbano
Entre los siglos I y VII de nuestra era, Tiahuanaco dejó de ser una simple aldea para pasar a constituirse como una de las urbes ceremoniales más importantes de la región andina. La ciudad contó con dos polos dominantes: por un lado, el conjunto de Akapana; por el otro, estaba Puma Punko. Otra característica fundamental de este periodo fue el desarrollo de una alfarería que tendrá influencia en el sur y centro de la región andina. Es durante estos años que se conforma una sociedad del tipo piramidal entre los habitantes de Tiwanaku.
Periodo imperial
Hacia el año 700, Tiahuanaco y Wari se habían consolidado como las dos formaciones políticas y culturales predominantes en Los Andes centrales. Ambas civilizaciones, sin superponerse, fueron capaces de constituir organizaciones políticas de tipo imperial y lograron controlar extensos territorios. La heterogeneidad geográfica y humana que caracterizó el área de control de Tiwanaku debió haber requerido una política flexible, que combinara: coacción, negociación y persuasión.
Según los expertos, existieron importantes diferencias entre Tiahuanaco y Wari. Mientras el primero fue un imperio conquistador, Tiwanaku, en cambio, sería el prototipo de Estado colonizador, es decir, una vasta organización orientada a ocupar tierras y a establecer en ellas colonos, a fin de obtener recursos distribuidos en distintos puntos ecológicos fuera del altiplano.
Tiwanaku se encontró ante un confuso mosaico de paisajes físicos y sociales que le impidió a su elite establecer una estrategia uniforme de administración, por ello abundaron las negociaciones y la flexibilidad a la hora de imponer su dominio.
Si bien Tiwanaku había vivido su momento de apogeo entre los años 600 y 800, hacia fines del milenio vivieron momentos de crisis y decadencia. A partir del siglo X, Tiwanaku entró en un proceso de degradación que culminaría con su desintegración. Las causas de este colapso son varias: se tienen en cuenta factores climáticos, económicos, políticos y sociales.
Al parecer, un prolongado periodo de sequía en las tierras altas habría producido una reducción drástica en la producción de alimentos que a su vez afectó al conjunto de la población y debilitó la situación política de las elites. Comenzó así un periodo de desarrollo desigual de las regiones controladas por Tiwanaku: mientras que en los valles costeros, menos afectados por las crisis, vivieron un momento de auge y fueron partícipes de nuevos proyectos integradores a nivel regional ; en las tierras altas abundó el declive e incluso se retornó a formas de vida aldeana, con reproducción simple de la agricultura, asentamientos concentrados y claramente defensivos en lugares de difícil acceso.
Al sur del Lago Titicaca, la desaparición de Tiahuanaco tuvo profundas repercusiones. Se inició una época de inestabilidad, competencias y desequilibrios, con marcada tendencia a la concentración de la población en grandes centros y una proliferación de instalaciones defensivas, conocidas como pucara (fortaleza).
Organización social, política y económica ²
La sociedad de Tiahuanaco era teocrática y contaba con una organización del tipo piramidal, donde el poder era ejercido por una elite religiosamente legitimada; un segmento medio conformado por artesanos, caravaneros y comerciantes; mientras que la base de la sociedad eran los agricultores, pescadores y ganaderos.
La expansión de Tiwanaku impulsó una fuerte integración económica que excedió los límites del territorio formalmente controlado. De este modo, su crecimiento económico fomentó un mayor desarrollo de los circuitos de intercambio. Sin embargo, resulta importante destacar que ante el crecimiento de Tiwanaku , su elite se vio necesitada de la adquisición de diversos recursos económicos para mantener su posición y el orden imperante.
Para atender esas necesidades, se encararon vastos proyectos agrícolas en el sir del Titicaca, en especial la construcción de aras de campos elevados, controladas por administraciones locales y destinadas a producir tubérculos, el alimento básico de la población, ya que la altura y el clima del altiplano impedían la expansión de cultivos que reclamaban mayor calor y humedad. Entonces no resulta extraño que Tiahuanaco se expandiera hacia territorios específicos como las yungas, tonta las húmedas del oriente como las áridas del occidente, porque era posible obtener allí: maíz, coca, algodón, etc.
Religión ³
La sociedad de Tiahuanaco llevaba adelante una religión politeísta, es decir, creían en una gran cantidad de dioses y deidades, que mayoritariamente estaban relacionados a la naturaleza. Al ser la agricultura el principal medio de subsistencia de esta sociedad, los tiahuanacotas regían sus vidas en base al ciclo natural de las lluvias y las estaciones, las cuales explicaban a través de las divinidades. Sin embargo, esta cultura contaba con una deidad principal denominada «Wiracocha» (Dios del Báculo), de naturaleza celestial, creadora del universo y del resto de los dioses. Al parecer, esta deidad fue luego retomada por los aimaras y los incas.
Otras deidades importantes para esta civilización fueron:
- Chachapuma : dios protector de los templos.
- Mallku : deidad que representa la cumbre geográfica y social (el punto más alto de una sociedad jerarquizada). Representado por un cóndor, Mallku simboliza la fuente de vida de las Montañas, las cuales a través del deshielo brinda el agua que hace posible la existencia.
- Amaru : deidad que simboliza el curso del agua y la sabiduría.
Bibliografía
¹- Artículo de Nationalgeographic.
²- Mandrini, Raúl. América aborigen: De los primeros pobladores a la invasión europea. Siglo Veintiuno Editores S.A. 2013.
³- Artículo de Nationalgeographic.
Posnansky, Arthur. Tihuanacu cuna del hombre americano; Nueva York, 1945.
Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.