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Cisma de Occidente

Se conoce como Cisma de Occidente a una profunda crisis que atravesó la Iglesia Católica hacia finales de la Edad Media, cuando una serie de disputas dieron como resultado la coexistencia de dos y hasta tres papas, perjudicando así la imagen de la institución ¡A continuación, les brindaremos más información, acompáñennos!

Contexto ¹

Durante el contexto de crisis que caracterizó el final del siglo XIII, la Iglesia católica, entendida como institución, no se encontró ajena a aquel momento de inestabilidad. Las internas dentro de la curia papal y la ambición de diversos monarcas por ampliar el poder en sus reinos le generaron constantes conflictos a la Iglesia.

Los reyes, quienes pretendían hacerse de las prerrogativas fiscales del papado en sus territorios, buscaron desestabilizar a los papas respaldando la autoridad de los concilios. Un hecho crucial, para la historia política medieval europea, sucedió cuando la presión del monarca francés, Felpe IV, provocó el Atentado de Anangi (Septiembre de 1303) y la elección de Clemente V como nuevo papa. Esto desembocó en el traslado de la sede papal de Roma a Aviñón (Francia) entre 1309 y 1377. Durante este tiempo, la intervención directa del monarca francés en la administración de la Iglesia fue total, ejemplo de ello es que los cinco papas siguientes y 111 de los 134 cardenales creados en dicho lapso temporal fueron franceses, la mayoría procedentes del entorno del rey.

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Representación de la supuesta bofetada de Sciarra Colonna (perteneciente al bando del monarca francés, Felipe IV) al Papa. Humillación sufrida por el supremo pontífice que se conoce como Atentando de Anagni. Extraído de Wikipedia.

Sin embargo, es importante resaltar que por más que el papa haya perdido mucha autoridad durante este contexto, también el pontífice aprovechó la circunstancia para renovar sus estructuras administrativas y aproximarlas a las adoptadas por las monarquías centralizadas de Occidente. De esta manera, cuando la estadía papal en Aviñón finalizó, los papas contaron con un ordenado sistema de gobierno que les permitía designar directamente numerosos cargos y funciones en detrimento de los obispos, percibir grandes rentas y controlar la jurisdicción suprema a través de los tribunales pontificios. Por otro lado, durante este periodo el papado lograron incrementar sus ingresos mediante la celebración de jubileos cristianos y el comercio de indulgencias. La riqueza obtenida de dicho eventos por parte del pontificio generó la indignación y rechazo de bastos sectores de la sociedad (incluso reinos), lo cual generó una pérdida de la popularidad.

El Cisma del Papado ²

La gran ruptura interna de la Iglesia católica sucedió cuando en 1377 el papa, Gregorio XI, resolvió regresar a Roma, esperando fortalecer la debilitada autoridad del poder pontificio, pero logró todo lo contrario. El clero francés no reconoció al Papa romano y eligió a uno propio. Así comenzó el Cisma de la Iglesia católica, que se prolongó durante casi cuarenta años. En este contexto convivieron un Papa en Roma y otro en Aviñón, reconocidos respectivamente por distintas jurisdicciones, mientras que esta puja degradaba la autoridad del poder papal a los ojos de la población. Fue muy característico de estos años la utilización del término de «Antipapa» para designar a las máximas autoridades pontificas instaladas en Aviñón.

La solución a esta problemática, tras la intervención armada y las fallidas vías de negociación, fue la aceptación por todos de la superioridad del concilio frente al poder papal. El clero europeo, decidido a terminar con un cisma que amenazaba anular definitivamente la influencia de la Iglesia católica, convocó un concilio en la Catedral de Pisa hacia el año 1409, donde se invitó a los principales dignatarios de todos los territorios católicos. Este concilio destituyó a ambos papas vigentes y eligió en su lugar a uno nuevo. Pero aquéllos no reconocieron esa decisión, y, de este modo, en la Iglesia católica hubo no ya dos papas, sino tres. Recién el segundo concilio, reunido en 1414, en Constanza, logró poner fin al cisma; destituyó a los tres papas y eligió en su lugar a Martín V, quien fue reconocido por todos los países católicos.

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Martin V, papa
Retrato del papa, Martín V, el cual es reconocido como representante del «final» del Cisma de Occidente. Extraído de Wikipedia.

Consecuencias ³

Como resultado del Cisma de Occidente, el prestigio del papado resultó muy dañado, lo cual conllevó al estallido de tempranos movimientos reformistas, como también de escritos seculares con espíritu humanista que ya comenzaban a florecer por aquel entonces. Además, en los concilios siguientes, las tesis conciliaristas se reafirmaron por la participación de clérigos y universitarios con actitudes radicalizadas.

Por otro lado, las monarquías y el papado habían llegado a un tácito reparto de poderes. Los papas se replegaron a sus posesiones italianas tratando de imponer su control político en la península, dejando a los reyes europeos la administración y dominio de los estamentos eclesiásticos en sus respectivos territorios.

Bibliografía

¹ -Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner. Atlas Histórico Mundial I. Madrid, 2006.

² -García de Cortázar, José Ángel; Sesma Muñoz, José Ángel. Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial, Madrid, 2014

³ -García de Cortázar, José Ángel; Sesma Muñoz, José Ángel. Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial, Madrid, 2014

-Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner. Atlas Histórico Mundial I. Madrid, 2006.

-Ribot, Luis. La Edad Moderna (siglos XV-XVIII). Marcial Pons, Ediciones de Historia, S.A, Madrid, 2017.

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Matías Dotto

Historia - Universidad Nacional Tres de Febrero. Instituto de Estudios Históricos - UNTREF.

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