Cardenismo
Se conoce como cardenismo al gobierno de seis años (1934-1940) bajo el mandato del presidente Lázaro Cárdenas. Dicha gestión marcó profundos cambios en la historia mexicana. ¡A continuación repasaremos las principales medidas tomadas por este gobierno, acompáñennos!
El radicalismo cardenista ⁽¹⁾
Para ganar fortaleza, el gobierno de Cárdenas estableció lazos con los grupos populares y los sectores radicales —los comunistas entre ellos— pero también con grupos políticos estratégicos y las elites que se habían distanciado de Plutarco Elías Calles. En el contexto de movilización social, nació la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en 1936, cuya ideología reivindicaba la lucha de clases. Su principal dirigente, Vicente Lombardo Toledano, se convirtió en un cercano aliado del gobierno cardenista. Dos años más tarde nació la Confederación Nacional Campesina (CNC), con el profesor Graciano Sánchez a la cabeza, que también apoyó al cardenismo. La intención de Cárdenas era organizar a las clases trabajadores y vincularlas con el gobierno para que sirvieran de respaldo frente a las presiones de los grupos opositores, por ejemplo, los empresarios de Monterrey, y de otros países, especialmente capitales estadounidenses .
Para afianzar estos cambios y fortalecer la estructura del cardenismo, en 1938 se optó por desaparecer el PNR y hacer surgir una nueva estructura partidaria, el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), La principal diferencia entre ambos era que el nuevo partido no estaba conformado por grupos y partidos regionales, sino por cuatro sectores: obrero, campesino, popular y militar. En este esquema corporativo el presidente de la República reafirmó su papel de líder de la organización partidaria, encargada de mediar entre los distintos grupos políticos. Debido a los desenlaces históricos de México, más que en las elecciones, la competencia por el poder se disputaba y resolvían dentro del partido oficial.
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Por otro lado, en cuanto a lo económico, hacia 1937 se reorganizó la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cuyo propósito era atender la creciente demanda de energía que las compañías eléctricas extranjeras no parecían interesadas en atender e invertir. Libre de tutelas, Cárdenas tomó medidas que muy pronto lo distinguieron de los gobiernos anteriores.

La reforma agraria
La reforma agraria se había iniciado con el decreto de enero de 1915, que ofrecía restituir las tierras de las que se había despojado a los pueblos, o bien dotarlos si carecían de ellas. Por otro lado, el famoso artículo 27 de la Constitución de 1917 impuso el dominio de la nación sobre el suelo y el subsuelo. Varias leyes posteriores reglamentaron la entrega de la tierra a los campesinos. Desde entonces, la formación de ejidos, con sus respectivas dotaciones de terrenos, era facultad del presidente de la Republica.
De este modo, a través de una resolución presidencial, un núcleo de campesinos de una localidad podía recibir tierras, aguas y bosques, recursos que no podían venderse ni hipotecarse, aunque sí heredarse. La reforma agraria se radicalizó en 1934. El nuevo código agrario eliminó la prohibición que pesaba sobre los peones de las haciendas, a quienes las primeras norman habían excluido del derecho de dotación.
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Fue gracias a ello que durante los primeros años del cardenismo las dotaciones ejidales aumentaron tanto en cantidad como en calidad, ya que incluían una mayor proporción de tierras irrigadas. Del mismo modo se incrementaron los montos del crédito rural que otorgaron los bancos gubernamentales, el Banco Nacional de Crédito Agrícola y el Banco Nacional del Crédito Ejidal. De hecho, en algunos lugares el crédito sirvió para promover el colectivismo ejidal. Hay que tener en cuenta que el gobierno de Cárdenas repartió más tierras que todos los gobiernos previos juntos.
La educación durante el gobierno de Lázaro Cárdenas
De igual forma se impulsó la educación socialista (aprobada mediante la reforma constitucional de Octubre de 1934) con el propósito no sólo de desplazar toda doctrina religiosa, sino de combatir el fanatismo y formar a la juventud con base en conocimientos exactos de la naturaleza y de la vida social. Maestros y alumnos también debían vincularse en la producción y con las organizaciones sociales. Numerosos maestros se convirtieron en promotores del proyecto cardenista, lo que provocó la reacción violenta de numerosos católicos, caciques y caudillos locales.
Frente a la Universidad Nacional, que había ganado su autonomía en 1929 y que impugnaba ciertas políticas gubernamentales, se creó el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en ese mismo año de 1937 para diversificar la formación de los cuadros técnicos que requerían la industrialización y la expansión de la obra publica.
La política internacional
La política cardenista también se expresaba en el ámbito internacional. El gobierno de Cárdenas mantuvo un apoyo firme a la República española conta las fuerzas conservadores encabezadas por francisco Franco, apoyadas a su vez por Adolf Hitler y Benito Mussolini. Durante la Guerra civil española y a su término, México acogió a miles de refugiados, incluidos a los huérfanos que más tarde fueron conocidos como los «niños de Morelia».

A fines de 1937 y principios de 1938, el gobierno cardenista tuvo que atravesar una dura prueba. Las compañías petroleras extranjeras desafiaron abiertamente al Estado mexicano al no acatar un fallo de la Suprema Corte de Justicia que favorecía reclamos de los trabajadores petroleros. La respuesta del gobierno fue la expropiación petrolera, anunciada el 18 de Marzo de 1938. La jerarquía católica, los empresarios, obreros, campesinos, intelectuales y artistas respaldaron la novedosa maniobra del presidente Cárdenas.
Fue entonces cuando la idea de nación cobró una fuerte impronta como nunca antes en aquel país. A pesar de los esfuerzos de las compañías extranjeras por sabotearla, la industria petrolera nacional pudo salir adelante gracias al apoyo social y al poco respaldo norteamericano hacia las compañías perjudicadas. Con respecto a esto último, recordemos que EE.UU estaba más pendiente a las vicisitudes de la Segunda Guerra Mundial. De este modo, surgió la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya fragilidad inicial obligó al gobierno a subsidiarla de diversas maneras.

La moderación del cardenismo ⁽²⁾
A pesar de los inicios radicales del cardenismo, resulta importante reconocer que el gobierno fue disminuyendo su intensidad para, finalmente, entrar en una etapa mucho más moderada. Si bien hemos mencionado el frenesí desarrollado por las expropiaciones petroleras, Cárdenas estaba muy preocupado en atender las exigencias de las empresas expropiadas, ya que estaba decidido en realizar una indemnización adecuada y a tiempo. Además se preocupó en disciplinar al sector sindical y exigir su moderación.
Pronto Cárdenas comenzó una etapa de desradicalización. Este cambio se debió por hechos internos e internacionales. En la política interna a fines del ’30 se ve dentro del partido un crecimiento de la centro-derecha y una perdida de fuerza por parte de la izquierda, y con ello del radicalismo. Sin embargo, los hechos internacionales fueron quienes más influyeron en la moderación del Cardenismo. Primero, la victoria de Franco en España animó a la derecha mexicana y fue un duro golpe para la moral de la izquierda. Por el otro lado, Alemania y Japón habían puesto la mira en México generando la preocupación de EE.UU. Cárdenas supo demostrar que México no adhería al fascismo sin que EE.UU deba actuar unilateralmente.
Gracias a este movimiento sin una exigencia explicita por parte de los norteamericanos, México ganó una muy buena relación con el país del norte y gracias a esta maniobra, parte del radicalismo de Cárdenas fue tolerado por EE.UU. Por otro lado, la moderación de los últimos años de Cárdenas tranquilizó a EE.UU y además el gobierno mexicano reflejó rasgos de estar alejados del comunismo, ya que el sucesor presidencial de Cárdenas demostró públicamente ser cristiano y con ello se alejaba la idea del ateísmo comunista.
Los años finales del gobierno de Cárdenas ⁽³⁾
El radicalismo cardenista dividió a México. En 1939, bajo la dirección del abogado Manuel Gómez Morín, nació el Partido Acción Nacional (PAN), cuya intención era enfrentar lo que se consideraba como excesos socialistas y colectivistas del cardenismo. El PAN pretendió impulsar un modelo social que se alejara del socialismo y el liberalismo. Dentro de este partido se aglutinaron grupos católicos y conservadores que veían con recelo la educación socialista. Numerosos terratenientes afectados o amenazadas por la reforma agraria también se sumaron a las filas del PAN. También se sumaron grupos populares, como los sinarquistas, de gran presencia en áreas rurales.
A esta oposición interna hacia el cardenismo, se le debe sumar la de los intereses extranjeros afectados por la expropiación petrolera. El país atravesaba por un contexto político muy caldeado y crítico. La amplia y heterogénea oposición la cardenismo se sumó a la candidatura del general Juan Andreu Almazán, quien participaría de las elecciones presidenciales de Julio de 1940.
En este escenario, el presidente Cárdenas y el partido oficial apoyaron la candidatura presidencial de Manuel Ávila Camacho. Este era un hombre que distaba de compartir el radicalismo cardenista. Fue así que en una jornada electoral muy disputada, debido a la popularidad de Almazán, Ávila Camacho terminó imponiéndose. A pesar de la violencia y las denuncias de fraude electoral, Lázaro Cárdenas logró entregar el cargo al candidato que había sido designado por el partido oficial, es decir, por la influencia directa del presidente de la República. Se estableció así uno de los mecanismos básicos del arreglo político del país durante el siglo XX: el presidente de la República, por medio del partido oficial, designa a su sucesor.
Bibliografía
¹ –Nueva Historia de México Ilustrada. México, El Colegio de México, 2008.
² – Alan Knight, “Cardenismo: ¿Coloso o catramina?”, en Moira Mackinnon y Mario Alberto Petrone (comp.) Populismo y Neopopulismo en América Latina: el problema de la cenicienta, Buenos Aires: Eudeba, 1999.
– Alan Knight, “México y Estados Unidos, 1938-1940: rumor y realidad” Secuencia 34, 1996
-García, A., Modelos operacionales de reforma agraria y desarrollo rural en América Latina. IICA. 1982
³ –Nueva Historia de México Ilustrada. México, El Colegio de México, 2008.

Historia – Universidad Nacional Tres de Febrero.
Instituto de Estudios Históricos – UNTREF.