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Campaña de Hidalgo

El inicio de los años 1800 estuvo marcado por luchas por la independencia de muchos países latinoamericanos del dominio que ejercía para ese entonces España. Pero también es cierto que España enfrentaba una lucha con Francia, dejándola sin un rey legítimo por algún tiempo.

El año 1810 en especial, fue decisivo para México, ya que los mexicanos y las colonias indígenas de esa región deseaban librarse del control español. A este respecto, el cura Miguel Hidalgo se convirtió en un personaje clave en el movimiento independentista llevado a cabo en México. Por eso, en este artículo hablaremos sobre la campaña de Hidalgo y su repercusión en la independencia de este país.

Inicio de la campaña de Hidalgo

El cura Miguel Hidalgo fue el hombre que inició la revolución independentista de México con el conocido Grito de Dolores, llamado así por ocurrir en este pueblo de Dolores. Con este llamado a levantar armas en contra del dominio español, Hidalgo también dio inicio a su campaña independentista. Hidalgo empezó a reunir su ejército, apoyándose a su vez en los indios que habitaban aquellas regiones.

Desarrollo de la campaña de Hidalgo

El movimiento independentista iniciado por el cura Miguel Hidalgo se extendió a toda velocidad por otras regiones de México, donde cada vez más personas se unían al levantamiento. Por ejemplo, una gran multitud se levantó desde el sur del país, donde figuran hombres importantes como José María Morelos, un personaje clave en el logro de la independencia de este país.

En la primera etapa del movimiento podemos ubicar a Hidalgo a la cabeza, luchando contra las fuerzas realistas, donde Hidalgo y Allende obtuvieron varias victorias importantes, dándoles ventaja sobre el enemigo. Lograron tomar ciudades como Celaya y San Miguel, además de sitios que les sirvieron de fortaleza, como la Alhóndiga de Granaditas ubicada en Guanajuato.

Fotografía de La Alhóndiga de Granaditas.
Fotografía de La Alhóndiga de Granaditas. Fuente Lugares INAH.

Luego, avanzaron hacia la capital del país, donde el ejército revolucionario logró una importante victoria el 30 de octubre del año 1810 en lo que llegó a conocerse como la Batalla del Monte de las Cruces. Más adelante, por razones de desacuerdos, Hidalgo y Allende se separan después de haber obtenido varias victorias juntos.

Hidalgo tomó rumbo hacia Guadalajara, donde levantó como una especie de gobierno revolucionario, llevando la delantera como líder él mismo. Se apoyó en hombres capacitados como José María Chico e Ignacio López Rayón, nombrándolos ministros de Gracia y Justicia y de Estado, respectivamente. Entre las acciones que tomó este gobierno se cuenta una reforma en el ámbito agrario que declaraba a los indígenas como dueños de las tierras que por años habían poseído, además de la liberación de los tributos exigidos por el virrey.

Sin embargo, por el lado de los realistas, el brigadier Félix María Calleja y sus hombres estaban ganando poder y dominio en la batalla. Esto fue suficiente motivo para que Hidalgo y sus tropas se retiraran hacia el norte. Pero esto lo que hizo fue dejarlos vulnerables a los ataques realistas, perdiendo una importante Batalla en el Puente Calderón, lo cual a su vez dejó muy débil al ejército de Hidalgo.

Batallas dentro de la campaña de Hidalgo

Como ya hemos mencionado, el comienzo de la guerra de independencia de México estuvo marcado por la campaña que realizó el cura Miguel Hidalgo por toda la región. Siendo la primera etapa del movimiento independentista, se pelearon varias batallas que resultaron claves para el avance de dicho movimiento. Entre ellas podemos mencionar:

  • Batalla del Monte de las Cruces: Esta fue una batalla que se desarrolló el día 30 de octubre del año 1810 en lo que se conoció como Monte de las Cruces. En ese entonces, el cura Hidalgo y su compañero Allende hicieron frente a las tropas del imperio español que estaban comandadas por el general Torcuato Trujillo.
Monumento a la Batalla del Monte de las Cruces.
Monumento a la Batalla del Monte de las Cruces. Fuente Wikipedia.

Trujillo se había convertido en un hombre hábil para la guerra, reconociéndosele el éxito en la Batalla de Bailén, por lo que se le encomendó la tarea de frenar el alzamiento insurgente que iba avanzando hacia la capital. Sin embargo, Trujillo no contaba con que el ejército insurgente tuviera más de 80.000 hombres, lo cual le permitió a Hidalgo y Allende obtener la victoria frente al ejército realista y abastecerse de armamento adecuado. Pero a pesar de la victoria aplastante de los insurgentes, no entraron en Ciudad de México, sino que más bien se retiraron hacia el Bajío.

  • Batalla de Aculco: Esta batalla se llevó a cabo después de la Batalla del Monte de las Cruces. Se desarrolló en una colina que se ubicaba cerca de la ciudad de Aculco, lugar apropiado para que Hidalgo y Allende se midieran nuevamente ante las tropas realistas.

En esta oportunidad, el éxito no estuvo a favor de los insurgentes. Perdieron en manos de los realistas en muchos sentidos, lo cual los llevó a retirarse. Perdieron considerablemente hombres de batalla, se dice que más de 200 y unos 600 fueron tomados cautivos. Por otro lado, el armamento que habían adquirido de su victoria anterior, perdieron gran parte de ella, además de víveres. Este fue el punto de partida para la futura separación de Hidalgo y Allende, ya que todo indicaba que había sido una muy mala decisión de Hidalgo no tomar la capital luego de la victoria en Monte de las Cruces.

  • Batalla de Puente de Calderón: Con esta batalla se dio culminación a la primera etapa de la guerra de independencia. En esta oportunidad se estaban jugando la toma del Puente de Calderón, el cual se había convertido en un acceso clave hacia la ciudad de Guadalajara. Sin embargo, nuevamente el ejército insurgente no tuvo éxito, perdiendo la batalla ante un ejército de unos 60.000 hombres realistas, a pesar de que contaban con 100.000 hombres.

La derrota fue tal, que la campaña de Hidalgo llegó a su fin, ya que sus tropas quedaron debilitadas casi por completo y finalmente Ignacio Elizondo lo traiciona, haciendo que los realistas lo capturen y le den muerte junto a Allende y otros líderes insurgentes de ese momento. Además, los realistas dejaron expuestas las cabezas de estos líderes insurgentes en la Alhóndiga de Granaditas como precedente de lo que le sucedería a cualquiera que decidiera levantarse en contra del imperio español.

Fin de la campaña de Hidalgo

Como detallamos en la Batalla de Puente de Calderón, las tropas insurgentes lideradas por Hidalgo y Allende se habían enfrentado a grandes fuerzas realistas que los dejaron muy débiles. Después del enfrentamiento con el ejército español en la ciudad de Guadalajara, los insurgentes perdieron casi todas las fuerzas. Posteriormente, Hidalgo junto a otros generales insurgentes tuvieron que retirarse urgentemente a Aguascalientes y también la zona de Zacatecas.

A pesar de que huyeron, todos estos líderes fueron traicionados y tomados cautivos a fin de recibir juicio de parte de la corona. Fueron trasladados a Chihuahua, donde se les interrogó y se les destituyó de sus puestos de responsabilidad, como sacerdote en el caso de Hidalgo.

Mural en conmemoración de Miguel Hidalgo en el Palacio de Gobierno de Chihuahua.
Sitio exacto del fusilamiento de Miguel Hidalgo y mural conmemorativo en el Palacio de Gobierno de Chihuahua. Fuente Wikipedia.

A los pocos días de haber sido tomados cautivos, Hidalgo, Allende y todos los demás generales recibieron juicio ante el tribunal español, donde se les consideró culpables de traicionar al virreinato y también de iniciar un movimiento de independencia. Finalmente, se les sentencia a muerte.

Todos estos hombres fueron ejecutados el día 30 de julio de 1811 en un lugar público y sus cabezas se tomaron como exhibición en la Alhóndiga de Granaditas a fin de que sirviera como símbolo del castigo que recibirían todos aquellos que se alzaran en contra del imperio español.

Aun así, podemos decir que el movimiento que inició Hidalgo con el Grito de Dolores y su muerte después de eso no resultó en vano ya que este movimiento siguió avanzando y tomando fuerzas, ahora de la mano de otros líderes como Morelos. Se lograron victorias importantes en contra de un ejército realista que se debilitaba cada vez más, además de que no contaba con apoyo total de los que llevaban la delantera, ya que existían para ese momento divisiones y traiciones en el bando carlista.

Aun hoy día, Hidalgo se considera como un hombre valeroso y, más allá de eso, el padre de la independencia mexicana. Este personaje fue quien convocó al pueblo mexicano a luchar en contra del opresivo control del imperio español, logrando alcanzar libertad e independencia.

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Alejo Marino

Apasionado por la cultura y la historia mundial. Redactor digital a tiempo completo.

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