ÁfricaAsiaCivilizacionesEconomíaEdad MediaEuropaGobiernoGuerrasIdeologíasReligión

Califato Ortodoxo

Lo que se denomina «Califato Ortodoxo, o «Califato bien guiado», es un periodo de la historia islámica que hace referencia a los cuatro primeros califas que sucedieron a Mahoma tras su muerte en el año 632. ¿Qué sucedió en aquellos años? ¿Qué personajes históricos se destacaron? ¿Cómo se organizó el mundo Islámico? ¡A continuación les brindaremos más detalles sobre este periodo y sus respectivos califas, acompáñennos!

Luego de Mahoma ¹

Tras la muerte de Mahoma hacia el año 632, se inauguró un primer periodo en la historia del Islam, el cual concluyó con el asesinato de Alí, el cuarto de los sucesores del reconocido Profeta, en 660. Durante esos años el Islam estuvo dirigido por los califas ortodoxos, es decir, compañeros de Mahoma que supuestamente conocían el camino que el Profeta habría escogido para la resolución de las diversas problemáticas planteadas en la comunidad.

En un principio, la muerte de Mahoma sembró una gran confusión entre sus partidarios. De pronto, aquel elemento unificador del Islam ya no se encontraba y se reavivaron antiguas tensiones entre los grupos integrantes. Existieron tres conglomerados principales que se disputaron la dirección política: por un lado, los primeros compañeros de Mahoma, los cuales protagonizaron junto a él la hégira; los hombres provenientes de Medina, que habían concertado la unión con Mahoma en esa ciudad; y los quraysíes, miembros de las principales familias de La Meca. Finalmente, las disputas se resolvieron tras una reunión de los colabores más cercanos de Mahoma y los jefes, en dónde se eligió a un miembro del primer grupo como sucesor del Profeta: Abú Bakr, un seguidor de los primeros tiempos, cuya hija era esposa de Mahoma.

PUBLICIDAD DE GOOGLE

Retrato de Abú Bakr.
Retrato de Abú Bakr.

El título que acompañaría a Abú Bakr sería el de califa, que deriva de jalifa, que significa «sucesor o lugarteniente del Enviado de Dios». Este título le garantizaba el disfrute de las competencias que había dispuesto el propio Mahoma al convertirlo, al mismo tiempo, en cabeza de la congregación de creyentes y en jefe político del Islam. Vale aclarar que el califa no podía aspirar a ser portavoz de nuevas revelaciones. El descontento entre los grupos pasó a un segundo plano ante las expectativas de expansión y sus rápidos éxitos.

La expansión territorial ²

Las primeras avanzadas del islam tuvieron lugar bajo el califato de Retrato de Abú Bakr y, sobre todo, de los dos califas posteriores: Umar (634-644) y Utman (644-656). En dirección al Este, las victorias, en especial la de la batalla de Qadisiyya en el 537, permitieron a los musulmanes penetrar en el Imperio Persa. Hacia el Oeste, en desmedro del Imperio Bizantino, los árabes ocuparon Egipto y avanzaron hacia occidente. Hacia el Norte, los islamitas ocuparon Palestina, Siria y amenazaron la península de Asia Menor y la Isla de Chipre.

En síntesis, tras la muerte de Mahoma, en tan sólo 20 años sus seguidores habían acabado con el Imperio Persa y habían reducido a una tercera parte al Bizantino. Además, la ciudad de Jerusalén pasó a manos árabes y se convirtió en ciudad santa del Islam.

PUBLICIDAD DE GOOGLE

Expansión del Islam.
Mapa que refleja la expansión del Islam. Extraído de socialesarcas2.

Parte del éxito de los musulmanes se debió a la conciencia supratribal que dio cohesión a un grupo heterogéneo; a la superioridad militar y al agotamiento de los persas y bizantinos. El trato de los musulmanes sobre los pueblos conquistados contribuyó también a facilitar la rapidez de la expansión. Los islamitas establecían unas relaciones de convivencia con los dhimmíes «los hombres del libro» (la Biblia), es decir: judíos y cristianos, que permitieron a los musulmanes avanzar con sus conquistas sin temer a las revueltas en su retaguardia. Las condiciones de esa relación quedaban asentadas en los pactos de capitulación. A través de ellos, los conquistados reconocían la soberanía de los conquistadores, quienes, a su vez, respetaban la antigua administración, buscaban y encontraban la colaboración de los notables y reconocían los derechos de los antiguos propietarios.

La administración ³

A medida que se amplió el área conquistada, fue necesario modificar el modo de gobernarla. Los conquistadores ejercían su autoridad desde los ansar, campamentos armados, que habían instalado los árabes. Como estos eran centros de poder pronto se convirtieron en polos de atracción y se transformaron en ciudades con el palacio del gobernador y la mezquita. Los recursos fiscales incluían tierras y riquezas publicas de los imperios persa y bizantino, sumado a la imposición de un tributo personal a la población sometida, que vino a sumarse al territorial que ya pagaban a sus antiguas autoridades. Ni uno ni otro afectaban a los musulmanes, quienes únicamente estaban obligados a una limosna voluntaria prevista en el Corán, que empezó a cuantificarse en una décima parte de sus rentas.

Producto de esta política fiscal que beneficiaba a los creyentes del Islam, se produjo una gran ola de conversiones a la nueva fe, acompañado del peligro de la disminución de la renta y, por ende, de los ingresos de los administradores y los soldados, ya que, hasta ese entonces, estos eran simples rentistas mantenidos por los conquistados.

El poder estaba en manos de un nuevo grupo gobernante. Algunos de sus miembros habían sido compañeros del Profeta, partidarios tempranos y devotos, pero una gran mayoría procedían de las familias de La Meca. Con el pasar del tiempo, se fueron sumando al poder las principales familias de las tribus de pastores hasta que, en cierto punto, los diferentes grupos tendieron a mezclarse unos con otros.

Califato ortodoxo.
Sucesión de Mahoma y las conquistas territoriales de los califas ortodoxos. Extraído de Timetoast.

Posteriormente, el califa Umar creó un sistema de salarios en beneficio de los que habían luchado por la causa del Islam, y lo reguló de acuerdo con la antigüedad de la conversión y el servicio. Este intento de orden reforzó la cohesión de la elite gobernante. Sin embargo, pronto resurgieron las tensiones entre los primeros seguidores del profeta y los conversos tardíos; entre la elite de Medina con las otras ciudades al notar que el eje del poder se desplazaba hacia las regiones de siria e Irak; también entre las elites de las ciudades más ricas y pobladas contra el gobierno central, ya que buscaban una mayor autonomía.

El final del califato ortodoxo ⁽⁴⁾

Los conflictos internos mencionados anteriormente recrudecieron a tal punto que conllevaron a los asesinatos de los califas Umar (en 644) y Utmán (en 656). Tras estos hechos se dio paso al califato de Alí, yerno de Mahoma. Durante este reinado (656-661) se prolongaron las luchas tribales pero, sobre todo, los conflictos religiosos con repercusiones políticas. Alí debió enfrentarse con los jarichies, grupo secesionista de sus propios partidarios, los cuales pregonaban la interpretación igualitaria y rígidamente literal del mensaje de Mahoma. Durante siglos, este fue un referente de los grupos sociales menos favorecidos y un constante fermento de oposición al poder árabe establecido.

Por otra parte, la poderosa tribu de los quraysíes, en vilo desde el asesinato de Utmán, no tardó en recuperarse y enfrentarse al califa. La lucha por el poder se expandió a todas las ciudades campamentos del mundo islámico. El califa Alí se instaló en Kufa y muchos de los disidentes en Basora. Alí logra derrotar a estos, pero debió enfrentarse a un nuevo desafío proveniente de Siria, dónde el gobernador Muawiyya era un pariente cercano de Utmán. Estas dos fuerzas se enfrentaron en Siffin, pero tras una larga disputa, los dos bandos decidieron someterse al arbitraje de delegados elegidos por ambos grupos. En el momento que Alí acepta ese criterio, parte de sus partidarios lo abandonaron dejando muy debilitada la alianza de Alí. Finalmente, Alí fue asesinado el 27 de Enero de 661 por los jarichies en su propia ciudad de Kufa. Acto seguido, Muawiyya se proclamó califa dando fin al Califato ortodoxo e inaugurando el periodo del Califato Omeya.

Bibliografía

¹ -García de Cortazar, José Ángel; Sesma Muñoz, José Ángel. Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial, Madrid, 2014.

² -Hourami Albert. La historia de los árabes. Sipan Barcelona Network S.L. 2017.

-Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner. Atlas Histórico Mundial I. Madrid, 2006.

³ -Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Mahoma». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004.

-García de Cortazar, José Ángel; Sesma Muñoz, José Ángel. Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial, Madrid, 2014.

-Hourami Albert. La historia de los árabes. Sipan Barcelona Network S.L. 2017.

  • ¿Te ha resultado útil este artículo?
  • SiNo

Matías Dotto

Historia - Universidad Nacional Tres de Febrero. Instituto de Estudios Históricos - UNTREF.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *