Autocracia

La autocracia es un modelo de gobierno centralizado que otorga todo el poder del Estado a una sola persona. Las decisiones que este individuo tome no podrán cuestionarse o contravenirse, ni estarán sujetas a controles de ninguna clase. La persona que preside esta clase de sistema de gobierno se le denomina autócrata.

Etimológicamente, la palabra autocracia deriva de un término que proviene de dos palabras en griego: “auto”, cuyo significado es “por sí mismo” y “kratos”, que transmite la idea de gobierno o poder. Se trata claramente de un régimen no democrático, donde el poder absoluto es imprescindible y no hay mecanismos que regulen o controlen al mandatario.

Las formas de autocracia que se han desarrollado a lo largo de la historia fueron monarquías absolutistas, como la que se vivió en Europa del Este antes de que ocurriera la Revolución Francesa. También se puede mencionar la dictadura moderna como una forma de autocracia.

Características principales

Para comprender mejor cómo funciona una autocracia veamos algunas de sus características más importantes:

  • No se reconoce la autonomía o la independencia política, ni personal ni de ningún otro tipo de ente u organización.
  • Carencia de garantías de los derechos políticos, sociales y civiles.
  • No existe libertad de expresión, ni de información, ni de prensa. Se elimina el derecho que tienen las personas a la asociación.
  • El autócrata actúa sin sentir responsabilidad ante la sociedad, sin ninguna clase de reglamentos. Tampoco se someten al control de la ciudadanía. Por encima del líder autócrata no hay ninguna ley.
  • Se eliminan y prohíben instituciones independientes encargadas de canalizar los reclamos y las demandas de los individuos.
  • Hacen uso de la represión y de la violencia para eliminar todo intento de organización.
  • Económicamente se identifica por eliminar y reducir el sector privado y no existe poder de mercado. Como consecuencia se presenta un nivel bajo de competencia, porque casi todas las empresas son estatales.
  • Otro aspecto básico de la autocracia es la personalización del poder de la autocracia, donde se concentra el poder en el líder. La participación del poder judicial se minimiza a tal punto que es relegado solo para las disputas menores que no se relacionan con el gobierno. Sucede lo mismo con el parlamento o poder legislativo, que tendrá solo poderes menores sujetos al líder único.
  • No hay comicios libres, ni se disfrutan derechos políticos.
  • Se apoyan en una nueva oligarquía, creada por el mismo régimen. Se puede tratar de instituciones militares, religiosas, grupos económicos o sindicatos. Ninguno de estos puede competir por el poder.

Autocracia.

Causas de la Autocracia ¿Cómo se origina?

La autocracia surge cuando una sola figura decide concentrar los poderes en sí mismo y se encarga de regir todos los asuntos de una nación. Las autocracias solo existen con la presencia de un autócrata y el autócrata surge por la ambición de obtener el poder absoluto.

Este sistema de gobierno centralizado se puede instaurar por medio de distintos mecanismos, incluyendo una elección popular. Solo basta con que el gobernante elegido empiece  a hacer posteriormente una serie de cambios que poco a poco conduzcan a esta dirección. Se puede valer de artimañas “legales” y de los mismos poderes republicanos.

La fuerza es otro medio utilizado para establecer una autocracia, a través de: golpes de estado, invasiones militares, luchas armadas. Para sostenerse en el poder los autócratas recurren al miedo y a la violencia.

Consecuencias de la Autocracia

La autocracia trae en todos los casos consecuencias negativas para la mayoría de la población, a excepción de quienes conforman la cúpula elitista y la nueva oligarquía que apoyan al gobierno.

Algunas de las consecuencias de un gobierno autócrata:

  • Hay represión y persecución contra la disidencia y se le niega participar políticamente. En muchas ocasiones se les priva de los derechos humanos a quienes piensan diferente o a los que se oponen al régimen autocrático.
  • Los aliados del régimen autócrata suelen gozar de impunidad casi absoluta por lo que se enriquecen de forma ilegal, cometen crímenes y acumulan bienes, sin que se les juzgue.
  • Otra de las temidas consecuencias de una autocracia, es que suelen ser épocas de violencia y mucho terror. Hay torturas, persecuciones y asesinatos a los enemigos del régimen o hasta a quienes no cooperen con el mismo.
  • Como resultado puede producirse una resistencia violenta por parte de los que son gobernados. Surgen las protestas, las guerrillas, revoluciones y guerras civiles. Los gobernados por lo general están dispuestos a sacrificar todo por la libertad.
  • La autocracia siempre termina beneficiando al autócrata, a los seguidores y a un sector social que se mantiene leal. Por lo general, este sector cuenta con bienes suficientes para llegar a ser una oligarquía o un sector social con mucho poder que acumula para sí ventajas económicas, sociales y políticas.

Regímenes autocráticos más conocidos de la historia

Para comprender mejor la definición de autocracia, veamos los gobiernos autócratas más conocidos de la historia humana.

Rusia zarista | 1547 – 1917

Familia Romanov
Familia Romanov

El sistema político que comienza en Rusia en 1547 hasta la Revolución de Octubre de 1917, estaba gobernado por un Zar, emperador que pertenecía a la nobleza rusa. El régimen zarista se parecía mucho al absolutismo porque no ofrecía las condiciones básicas para establecer industrias. Los zares se proclamaban ellos mismos autócratas, en pocas palabras, dueños del poder económico y político.

Absolutismo francés | Siglo XVII

Luis XIV

Luis XIV fue un monarca absolutista francés del siglo XVII. Este rey no se sujetaba a ninguna de las regulaciones institucionales. El período de monarquía absolutista llegó a su fin en 1789 durante la Revolución Francesa; con el alzamiento de la clase trabajadora, desprotegida y explotada.

Nazismo de Adolfo Hitler | 1933 – 1945

Adolfo Hitler

Es el ejemplo claro del siglo XX para identificar un régimen autócrata. Hitler llegó al poder de manera legítima pero poco a poco desarrolló un gobierno con el que dominó al pueblo usando el poder militar y la manipulación de ideas. Tuvo el poder hasta que se suicida, poco tiempo antes del fin de la Segunda Guerra Mundial.

España de Franco | 1939 – 1975

Franco, España

El militar conservador Francisco Franco le dio fin a la Guerra Civil Española en el siglo XX a través de una atroz dictadura donde desaparecieron miles de opositores. Tal como lo hace un autócrata, los poderes políticos fueron centralizados en un solo individuo, usando la figura de Caudillo.

Comunismo de Mao Zedong | 1949 – 1976

Mao Tse Tung

Este líder se convirtió en el representante más importante del partido comunista chino a partir de 1949. Reprimió todo intento de ideologías diferentes con un fuerte culto a su personalidad. Logró mantener el bajo estatus de la población en general por medio de represión extrema.

Comunismo de Fidel Castro | 1976 – 2008

Fidel Castro

Fue un guerrillero que creía en los principios de igualdad social. Inicia una revolución en Cuba, pero con el tiempo se fue trasformando en un gobierno autocrático que mantuvo el poder de manera casi vitalicia. Eliminó los derechos civiles, de prensa y de expresión, derechos políticos, a manifestarse y los derechos religiosos, entre otros.

Véase más información sobre Comunismo.

Relación de Autocracia con otros modelos de gobierno

La autocracia es lo opuesto a la democracia. Suele utilizarse el término como sinónimo de tiranía y dictadura, pero no son necesariamente sinónimos. Aunque, en ocasiones, las dictaduras y gobiernos totalitarios pueden tener rasgos de una autocracia.

El principal atributo de la autocracia es que concentra el poder en una sola figura, es decir solo una persona domina todos los asuntos del pueblo y del Estado en general. En este sentido puede diferenciarse de otros tipos de totalitarismo o de dictaduras, donde el poder lo ejerce un sector o grupo social, puede ser un partido político, una minoría étnica o una junta militar.

Como todo el poder recae sobre una sola persona, se le rinde culto y se venera como si se tratara de un santo o una deidad. Este sentimiento se potencia desde la estructura del Estado y se va alentando el culto a la personalidad del caudillo o líder. Para lograrlo, se utilizan mensajes manipuladores que lo colocan como una especie de redentor, salvador o, en el peor de los escenarios, como un mal necesario.

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